“Sin ser ni chicha ni limonada, me gané un balazo. Estaba en mi casa viendo televisión y salí a la vereda a tomar el fresco. En ese momento, todo el mundo empezó a correr porque unos sujetos llegaron disparando. Intenté entrar de nuevo a mi casa, pero no pude, ya había recibido el impacto”, relató Juan Freire, una de las cuatro personas baleadas la tarde del sábado 3 de mayo en las calles Cristóbal Colón y la 21, en el suburbio de Guayaquil.

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Juan, de 65 años, permanece postrado en un mueble en la sala de su vivienda tras recibir un disparo en la pierna derecha. Según sus familiares, la bala aún no ha podido ser extraída.

“Los médicos le dijeron que debía regresar después de siete días”, explicó uno de sus hijos.

Uno de los fallecidos tiene antecedentes penales

El hecho violento ocurrió alrededor de las 17:45, cuando cuatro sujetos a bordo de dos motocicletas llegaron al mencionado sector y dispararon contra un grupo de personas que conversaba en una esquina. Como consecuencia del ataque, murieron Bryan Daniel Pallazhco Collaguazo, de 28 años, y Ulises Daniel Medina Banchón, de 23. Además, resultó herido un joven de 22 años.

Según versiones policiales, el ataque habría estado dirigido contra una de las víctimas mortales. Ulises Medina tenía antecedentes penales por tráfico de drogas.

“El sector donde se produjo este hecho violento está en disputa entre el grupo delictivo Los Freddy Krueger y otro grupo de delincuencia organizada no identificado”, informó un agente de la Policía.

El adulto mayor agregó que, al momento del atentado, varios niños jugaban en la calle y que, de haber sido alcanzados por los proyectiles, las consecuencias habrían sido aún más trágicas.

“Había varios niños jugando. Todos corrieron cuando escucharon el ‘bum bum’ de los disparos. La bala que me alcanzó primero pegó en la pared y luego rebotó en mi pierna. Si me hubiera entrado de lleno, me la habría destrozado. Ya herido, solo recuerdo que le gritaba a mi hijo: ‘¡Ayúdame, ayúdame!’”, relató.

“Parecía zona de guerra”

Otra moradora contó que la balacera fue tan intensa que muchos vecinos que no lograron ingresar a tiempo a sus casas se lanzaron al suelo para protegerse.

“Esto parecía una zona de guerra. Se escucharon demasiados tiros, disparaban como locos. Hay agujeros en las puertas, paredes y ventanas de varias casas del barrio”, manifestó una vecina. El distrito Portete, desde el 1 de enero hasta el 4 de mayo, registra 127 personas asesinadas, 75 más que en el mismo periodo de 2024.

En el sitio del ataque, agentes de Criminalística de la Policía recogieron 24 vainas percutidas y dos balas deformadas. En este mismo sector, en las calles 22 y Francisco Segura, el lunes 28 de abril fue asesinado Elías Franco, de 19 años.

Familiares de los dos jóvenes fallecidos acudieron la mañana del domingo al Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses de Guayaquil para retirar sus cuerpos y proceder con el sepelio.

“Fallecieron poco antes de las seis de la tarde. Los dos chicos eran amigos de barrio, ambos tricimoteros. Vivían a dos cuadras de donde los mataron. A veces se reunían para jugar fútbol o simplemente conversar. Ya llegaron sin vida al hospital”, relató el padre de Ulises.

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