Entre los comerciantes de la Bahía de Guayaquil están conscientes que se han infiltrado personas que pasan la información de sus movimientos a Grupos de Delincuencia Organizada (GDO).

En un recorrido que realizó EXTRA la mañana del miércoles 21 de mayo por este sector comercial de la urbe Porteña abordó a varios trabajadores, pero la gran mayoría evitaron hablar de ese tema por temor.

Aunque una comerciante, quien pidió la reserva de su nombre, comentó: “Los atentados y extorsiones ocurren principalmente en la madrugada, cuando los negocios están cerrados y la vigilancia es mínima. Durante la jornada de trabajo no vienen los ‘vacunadores’ porque saben que la gente los puede detener y golpear”.

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“A dos compañeras las secuestraron camino a sus casas, luego de la jornada que finaliza a las 19:00, pedían $ 100.000, pero luego ese valor va bajando en $ 15.000, $ 10.000... A otro compañero le dejaron en su negocio un papel pegado, con un número celular extranjero, para que llame y lo hizo por el temor para que no lo molesten”, detalló la señora, quién lleva más de 30 años en este sector popular.

Ella reveló que en reuniones que tuvieron con la UNASE (Unidad Nacional de Investigación contra la Extorsión) les recomendaron que primero se contacten con esta unidad, antes de pagar por la liberación de un secuestrado, la ‘vacuna’ o poner la denuncia porque “esta les llega a su despacho luego de dos meses”.

Además, añadió que hay una contradicción entre los grupos de la Policía Nacional, porque “de la UNASE les indicaron que no paguen, pero por un caso que se acudió a la Policía Judicial le dijeron que paguen para rastrear a los pillos”.

A este testimonio se sumó el de un comerciante con más de 40 años de trabajo en la Bahía. Él explicó que “hay dos GDO que están luchando por extorsionar a todos los locales. Uno que son los Lobos, que atacaron hace una semana y dejaron un panfleto, y los otros serían los Tiguerones”.

Sobre los datos que tienen estos grupos delictivos para seleccionar a sus víctimas, el hombre reveló que “de la información que tenemos es que esos pillos envían a sus ‘ojos secos’ para que vean nuestros movimientos y también se sospecha de las personas que están en el entorno más cercano de los dueños de los negocios”. TE PUEDE INTERESAR I "La próxima volaremos 3 locales": la amenaza a comerciantes de la Bahía de Guayaquil

Además explicó que falta más colaboración de la Alcaldía de Guayaquil para evitar las aglomeraciones. “Esto es una locura a las 14:00. A esas horas, por lo general, ocurren los robos a los transeúntes o los dueños de los negocios. Hace unas semanas, una moto se parqueó y se bajó un tipo para robar a un local a la vista de todos. Nada pudieron hacer los agentes municipales porque ellos están desarmados. Además, los policías están a las 06:30, pero luego sus rondas no son frecuentes”.

'Aquiles Álvarez prioriza inversionistas chinos sobre la seguridad en la Bahía'

Franklin Coloma Morales, abogado y comerciante de la Bahía, denunció que el aumento de la violencia en la zona ha sido durante los últimos dos años. Según afirmó, este deterioro en la seguridad ha sido evidente para quienes trabajan en este popular sector.

Coloma recordó que hace dos años, un estudio realizado por la UNASE reveló que entonces “era muy difícil extorsionar a los comerciantes, pero ahora la realidad es otra”.

El dirigente aseguró que los comerciantes solicitaron al alcalde Aquiles Álvarez la donación de un terreno para construir una Unidad de Policía Comunitaria (UPC) y una Unidad de Flagrancia de la Fiscalía. Sin embargo, según Coloma, “el alcalde prefirió entregar espacios públicos a inversionistas chinos para centros comerciales, sin priorizar la seguridad de la zona”.

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“Este pedido es urgente porque, según las estadísticas, en la Bahía se registran entre 30 y 40 robos menores cada día. Los casos de sicariato no están dirigidos a quienes trabajan aquí, sino a transeúntes o compradores que ya venían siendo seguidos, para eso se necesita el UPC”, explicó.

Coloma también advirtió que existe un creciente malestar entre los comerciantes. “Hay 96 asociaciones, pero 70 no están de acuerdo con la posición del Municipio. Aunque el Cabildo diga lo contrario, no hay una buena relación con la mayoría de los 4.300 comerciantes regularizados”, enfatizó.

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