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¡Banqueada!

Brasilia, Brasil (Reuters)
Una desafiante Dilma Rousseff se apartó de la presidencia de Brasil ayer, después de que el Senado la suspendiera para someterla a un juicio político por supuesta violación de las leyes presupuestarias, una decisión histórica en un país sumido en una profunda recesión y un gran escándalo de corrupción.
Rousseff, en el puesto desde 2011, fue sustituida por el vicepresidente, Michel Temer, mientras dure el proceso en el Senado, que podría prolongarse durante seis meses.
En declaraciones efectuadas poco antes de abandonar el Palacio Presidencial de Planalto, en Brasilia, Rousseff dijo que fue notificada de su suspensión por la mañana.
“He cometido errores, pero no he cometido ningún crimen”, afirmó una molesta Rousseff, que calificó al juicio político como “fraudulento”, flanqueada por decenas de ministros que se apartaron con ella de la administración.
“Nunca imaginé que sería necesario luchar de nuevo contra un golpe en este país”, afirmó la izquierdista, de 68 años, en referencia a su combate contra la dictadura militar de Brasil cuando era joven.
Freno a 13 años de izquierdismo
La suspensión se produjo horas después de que el Senado votara en favor del proceso por 55 a 22, acabando con más de 13 años de gobierno del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), que surgió del movimiento laboral de Brasil y ayudó a sacar a millones de personas de la pobreza antes de ver a muchos de sus líderes enfrentar investigaciones por corrupción.
Es poco probable que Rousseff, una economista, exintegrante de un grupo guerrillero marxista y la primera presidenta del país, sea absuelta en el juicio político.
La amplitud de su derrota mostró que la oposición ya tiene el apoyo que necesita para alcanzar la mayoría de dos tercios necesaria para condenar a Rousseff y apartarla del cargo de forma definitiva.
“Es una medicina amarga, pero necesaria”, dijo el senador opositor José Serra, antes de ser nombrado nuevo ministro de Relaciones Exteriores por Temer, durante el maratónico debate. “Habría sido una tragedia mayor la continuación del régimen de Rousseff. La situación de Brasil sería insoportable”.
Jefes de Estado destituidos por el Parlamento
Venezuela: El presidente Carlos Andrés Pérez, que estaba acusado de malversación y enriquecimiento ilícito, fue cesado en mayo de 1993, y su destitución la confirmó el Congreso el 31 de agosto siguiente.
Ecuador: Abdalá Bucaram, acusado de desvío de fondos públicos, fue destituido el 6 de febrero de 1997 por “incapacidad física y mental”, seis meses después de su investidura.
En abril de 2005, en medio de una revuelta popular, el presidente Lucio Gutiérrez, acusado de colocar a allegados en la Corte Suprema de Justicia, fue destituido por el Parlamento.
Perú: Alberto Fujimori fue destituido el 21 de noviembre del 2000, “por incapacidad moral permanente”, previa partida a Japón, donde permaneció varios años. Extraditado de Chile en 2007, fue condenado a 25 años de cárcel por crímenes de lesa humanidad.
Paraguay: Fernando Lugo fue destituido el 22 de junio de 2012 “por mal desempeño de sus funciones”, en un juicio político por el Senado.