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Un Batman contra la droga
Un activista se puso el traje del superhéroe y ahora es un referente en los barrios. Familias enteras han escuchado sus consejos.
Botas negras, pantalón verde, gabardina caqui. Un arma en la mano; una máscara de murciélago en el rostro. Debajo del disfraz, un hombre cansado de ver cómo los jóvenes se pierden en las drogas.
Ecuabatman quiere cambiar el mundo. No solo se viste como Batman. También se parece a él. Es frío, calculador, inteligente, solidario y lucha por una causa justa, como el personaje del cómic, resume Roberto Peralta, el artista que le diseñó gratuitamente los trajes.
Las prendas que viste el enmascarado la mañana en que se encuentra con EXTRA son las de Batman del desierto. Tiene otros cuatro atuendos del murciélago en su armario.
No se trata de un aficionado al mundo de los superhéroes que se disfraza por placer. Ecuabatman, el nuestro, lucha contra la drogadicción a través de charlas de prevención en barrios vulnerables. Como el superhéroe que eligió para la causa, no mezcla al civil detrás de la causa con el personaje, por eso lo deja de lado en la entrevista que cede a este medio.
Batman y Ecuabatman no son del todo similares. El guayaquileño no es ni millonario ni huérfano, ni buen peleador ni justiciero. Tampoco busca venganza por un dolor de luto por el asesinato de sus padres. Al contrario, el móvil de su proyecto solidario lo mueve un motor que está más vivo que sus ganas de dejar huellas, su hija Valentina, a quien ve muy poco por diferencias por su exesposa. Es divorciado hace diez años. Él anda por los 37. “¿Qué hago con ese amor de padre sino volcarlo hacia los niños?”, se justifica. Está sentado en un parque del norte. La gente pasa. “¡Es Batman!”, grita. Sí. Es Batman y está en Guayaquil.
El inicio
No te levantas un día y quieres ser superhéroe. “Hace tiempo maquinaba el proyecto. Quería aportar a la sociedad. El 34 % de jóvenes consume algún tipo de drogas, y eso es alarmante”.
Ha estado permanentemente vinculado con la labor social hace años. Asegura que trabaja supervisando personal en el área de salud, aunque no especifica si en lo público o lo privado. Cree que pese a que el Estado intente esfuerzos para erradicar la adicción, nada es suficiente.
Jamás tuvo problemas con la droga. “Es una pregunta normal para alguien que da charlas. Pero no. Nunca”, insiste. Sin embargo, vivió en el sur y debió proteger a su hermano menor de un barrio en donde la droga era el diario de los muchachos. Allá percibió de cerca las realidades sociales que estudió de forma autodidacta mientras cursaba los cinco colegios en los que estuvo. “No era mal alumno, era rebelde. No entraba a clases por quedarme en la biblioteca. Sentía que allí aprendía más”.
Él y Batman
Ecuabatman es de hablar pausado. El traje que lleva es caluroso y el clima de Guayaquil no le favorece. Como en las películas de Batman, también tiene una máscara rígida que le impide articular los músculos del cuello. Cuando mira a un lado, lo hace girando el torso.
La inspiración para elegir al murciélago icónico de DC llegó el día que vio ‘Liga de la justicia’, un filme tipo ‘Vengadores’ donde se encuentran héroes y villanos, con Batman como uno de los principales. “Me dije: ‘puede resultar usarlo para llamar la atención de los niños’, y aquí estoy”.
No es que Ecuabatman ame los cómics, es más bien de libros de filosofía, sociología y literatura nacional, pero necesitaba un gancho. “El personaje que elegí representa a un ser humano sin poderes que intenta ayudar de forma anónima”.
Decidido el propósito, agarró un jean y una chompa de cuero. Ya entonces había importado su máscara en Colombia. Luego vio vídeos de Youtube y se hizo un traje de ‘El caballero de la noche’. Invirtió 300 dólares y dos meses para la confección. Era algo rudimentario, reconoce. Luego contactó a Roberto Peralta por redes sociales. “Es el mejor creador de trajes del país”, sentencia.
El trabajo de campo
La primera charla antidroga la dio cerca de su casa. En el norte. Luego le contó a un amigo del proyecto y organizaron una audiencia en la Pradera, al sur. Volanteamos, pero la gente no llegaba. “Cuando aparecí con el traje empezaron a salir familias enteras. Éramos solo el parlante, el micrófono y yo. Batman llama”. Eso ocurrió hace algo más de un año.
A sus recorridos los denominó La Ruta de la Esperanza. Karla Cedeño es una de las líderes con las que se vinculó. Es presidenta de la Asociación para el Desarrollo del Ecuador, una organización con una década en labores sociales.
El discurso de Ecuabatman está enfocado en la prevención, explica ella. “Es sencillo y fácil de entender. Un doctor vestido de blanco hablando de drogas no genera el mismo impacto que un superhéroe. Van familias enteras a verlo. Nos inspira muchísimo”, describe la activista.
En los barrios, lo ven como héroe. “A veces me llaman jóvenes a pedirme consejos porque están en proceso de desintoxicación. Es gratificante”, cuenta Ecuatman. Él tiene claro sus objetivos: “Busco unificar a la sociedad en benefició de la niñez y la familia. Asumí este reto porque soy padre y no quiero que mi hija caiga en ese mundo. El lema de esta propuesta es ‘Sé tu propio héroe’”.
Ciudadanos de México, Venezuela, Nicaragua, Colombia, Chile, Argentina y Uruguay lo han contactado y están copiando este proyecto. También lo han invitado, pero necesita presupuesto.
El Batman original trabaja en Ciudad Gótica, con la asistencia de varios personajes de apoyo. Ecuabatman también tiene un equipo. A la causa se han sumado ilustradores, líderes barriales y otros héroes. “Ahora hay un grupo de 30. Nos hacemos llamar Héroes Solidarios”.
Anonimato
Su hija le dice Superman
Como el Batman original, Ecuabatman se hace llamar Bruno Díaz. No es su nombre real, por supuesto. Su labor como activista es tan reservada que ni siquiera sus compañeros de causa le han visto el rostro.
Solo un reducido grupo de allegados conoce la identidad del hombre detrás del proyecto. Entre estos su tío Bolívar, que lo describe como un ser muy alegre y jovial, muy apegado a la familia.
“De niño se iba a caminar por todos lados y tocaba andar buscándolo”. Tiene una relación muy buena con su padre y es de carácter más bien solitario. “Adora a su hija. Valentina le dice Superman”, ríe el familiar. Ama viajar. Incluso fue mochilero. En la familia apoyamos su causa. “A veces lo llevo a sus charlas”.
Otro que conoce su rostro es Roberto Peralta, el diseñador de los trajes. “Pero no sé cómo se llama, ni dónde trabaja, ni a qué se dedica. Es misterioso, pero una persona muy confiable y amigable dedicada a la humanidad”, describe.
Pilas con esto
Revista
El ilustrador Kevin Torres prepara un cómic inspirado en Ecuabatman.
Personal
Es Sagitario y su cantante favorito es Alejandro Sanz.
Contexto
En uno de sus viajes pudo empaparse del debate del uso legal de la marihuana en Montevídeo. Además estudió leyes.