SUSCRIBIRME POR $1/ 1 MES

Exclusivo
Actualidad

Bodegas de la Bahía ‘ardieron’ en la madrugada

Imagen thumbnail__MG_3687
En el sitio fueron requeridos 200 bomberos y 35 unidades de combate.Edisson Aleaga

El contingente de 200 bomberos fue necesario para combatir un incendio declarado a las 01:15 de hoy 30 de diciembre, al interior de un edificio ubicado en Callejón Mejía y Villamil, sector de la Bahía, en el centro-este de Guayaquil. A decir del jefe de la Primera Brigada del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil (CBG), mayor Santiago Peña, el siniestro tuvo origen en el primer piso alto de la edificación.

En ese lugar -según dijo- se almacenaban accesorios para celulares, y aunque “en primera instancia teníamos el reporte de que era material explosivo o fuegos pirotécnicos, (al final) no fue así”, explicó. Llamadas al 911 alertaban sobre gran cantidad de humo que salía del inmueble. Esto fue corroborado con la llegada del primer contingente de uniformados del CBG, quienes al abrir una de las puertas de la planta baja observaban cómo el humo negro que acumulado al interior escapaba por cualquier espacio pequeño que los bomberos abrían, en su afán por acceder al edificio.

La presión de los gases que se formaron por las llamas y el material combustible asilado ahí ocasionó que los ventanales frontales explotaran. Esto último obligó a que las personas que estaban cerca del siniestro fueran desalojadas de inmediato para evitar desgracias mayores.

Varias líneas de agua fueron dispuestas para sofocar las llamas, las que conforme pasaban los minutos tomaban fuerza hacia los pisos superiores. Para las 02:36 la novedad se controló y un grupo reducido de uniformados del CBG permanecía en el lugar con la tarea de remover escombros, “bajar temperatura y combatir los últimos focos”, señaló el jefe de brigada.

Al sitio llegaron varias personas que se identificaron como dueños de los locales afectados. Con llaves en mano, procedieron a abrir la puerta con el temor latente de que todos sus bienes se convirtieran en cenizas.

El temor inicial se convirtió en alivio cuando, al abrir la puerta, el sitio solo estaba lleno de humo y agua que caía por los costados. La candela no comprometió ninguno de los artículos de su propiedad.

Peña agregó que ninguna otra edificación se vio afectada y que tampoco hubo víctimas mortales o heridos que lamentar. A más del personal, 35 unidades de combate también fueron requeridas.