Si de hacer estupideces se trata, las redes sociales no dejan de sorprendernos. Uno de los más recientes desafíos virales y que ha tenido muchos que han intentado hacerlo, es el llamado bone smashing (rompehuesos, en español).

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¿Pero de qué se trata este reto? Pues es tan simple y ridículo, como peligroso: consiste nada menos que en golpearse la cara con un martillo para ‘moldearla’ y que la mandíbula o los pómulos parezcan más definidos, es decir, hacer más notorio el triángulo del rostro.

El galeno Joster Luisana, de Canadá, explicó que tratar de realzar a punta de martillazos pómulos o mandíbula simplemente provocará un grave riesgo para la salud, que incluye dolor e inflamación, pasando por lesiones en los huesos que pueden llevar al hospital a quien practique el bone smashing.

Si se trata de ‘perfilar’ la nariz puede terminar desviándola y generar problemas de respiración; los golpes en el rostro pueden producir daños producidos en los pómulos y hasta afectar los nervios de la visión, y hasta provocar afecciones nervios de la cara que podrían producir parálisis facial.

Incluso más grave aún, si le ha dado tan fuerte a su mandíbula para ‘moldearla’ puede desgarrar una arteria, pudiendo provocar la pérdida de dientes y daño nervioso, e incluso la muerte.

Algunos han querido justificar la acción basándose en lo que en el siglo XIX dijo el anatomista y cirujano alemán Julius Wolff, quien formuló la Ley de Wolff, que señala que en lugar de ser estructuras completamente inanimadas, los huesos se remodelan constantemente y el hueso viejo o dañado se reabsorbe y reemplaza continuamente por hueso recién colocado.

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