El empresario Carlos Slim, presidente vitalicio de Grupo Carso, desató una ola de polémica al proponer la eliminación de las Pensiones del Bienestar, programa que actualmente beneficia a más de 6 millones de adultos mayores en México. Durante un evento en Monterrey, Slim sugirió aumentar la edad de jubilación a 75 años, en respuesta al incremento de la esperanza de vida y la presión que esto genera sobre los sistemas de seguridad social.

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Slim cuestionó el modelo actual de transferencias monetarias a jubilados mayores de 65 años, quienes reciben 6,200 pesos bimestrales a través del programa social. En su lugar, propuso que esos recursos se utilicen para generar empleos productivos que combatan la pobreza extrema.

“¿Cómo se elimina la pobreza? Tiene que haber un nivel mínimo de bienestar. Increíble que en el caso de México se esté dando mucho ingreso a jubilados y tenemos seis millones en extrema pobreza”, expresó el magnate mexicano.

Jornadas de tres días y alianzas público-privadas

Dentro de su propuesta, Slim sugirió un modelo de jornada laboral de 12 horas por tres días a la semana, dejando cuatro días libres para actividades personales o familiares, con el argumento de que ello mejoraría la calidad de vida de los trabajadores y fomentaría nuevas oportunidades de empleo.

Además, planteó la necesidad de alianzas entre el sector público y privado para impulsar inversiones en sectores estratégicos, como infraestructura, tecnología y energía, que generen empleos bien remunerados y fortalezcan la estructura social del país.

Reacciones encontradas: ¿avance o retroceso?

Las declaraciones de Slim han provocado reacciones divididas. Mientras algunos economistas consideran que es momento de replantear el sistema de pensiones ante una población cada vez más longeva, organizaciones civiles y defensores de los derechos de los adultos mayores advierten que eliminar las pensiones dejaría en el abandono a millones de personas que dependen de este ingreso para sobrevivir.

Este nuevo enfoque, en el que el trabajo se plantea como solución al bienestar social, abre un debate de fondo sobre el rumbo que debe tomar México frente a sus desafíos demográficos, económicos y laborales.

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