En el mercado 10 de Noviembre de Guaranda, en Bolívar, hay mucho colorido. Y no es por las guirnaldas ni globos que por esta fecha se suelen colocar para dar la bienvenida al carnaval, sino por las frutas, verduras, granos y harinas que ofertan a los ‘caseritos’, para que preparen las delicias gastronómicas del extenso menú que se ofrece en la considerada fiesta mayor.

Debido a la pandemia, que ha dejado mucho dolor en las familias, en esta localidad suspendieron todas las actividades con las que iban a celebrar por carnaval, pero han invitado a vivir algunas de las tradiciones en sus casas, entre ellas la preparación de los platos típicos.

“El carnaval era nuestra mejor fiesta, con la que empezaba el año prácticamente. Teníamos un chancho especial para compartir con la familia. Entre todos lo preparábamos y comíamos el cuerito caliente con los motes y el pájaro azul (trago tradicional), mientras se entonaban las coplas con la guitarra”, comentó la guarandeña América Molina, comerciante del mercado 10 de Noviembre.

“Este año, aunque no hay fiesta en las calles, podremos revivir nuestras tradiciones con quienes tenemos cerca y en el mercado les abastecemos con todos los ingredientes. Antes de la pandemia estábamos 600 comerciantes, ahora salimos 200, pero todo muy higiénico porque nos cuidamos entre todos”, expresó América.

Aromas y sabores

Para no perder la tradición, en el patio de comida del mencionado mercado preparan algunos de aquellos platos, conservando esos olores y sabores tradicionales para los guarandeños.

Etelvina García tiene 57 años cocinando hornado y la chanfaina. Desde los 12 años aprendió porque ayudaba a su mamá, quien necesitaba de ayuda por la demanda mayoritaria de lo que preparaban.

“Nuestros clientes nos separaban con tiempo y por libra compraban el hornado. El carnaval era hermoso. Llegaba mucha gente y eso lo vivimos hasta el año pasado”, dijo la comerciante.

La chanfaina es otros de los preparados tradicionales que saborean. Es una especie de sopa que se elabora con menudencias de chancho, maní y otras especias.

Estefanía Chimbo también vende comida típica por más de 50 años en el centro de abastos. Para ella este año es luctuoso, porque perdió a su padre. En cada carnaval ella suele esperar a sus amigos y familiares de distintos sectores y entre todos preparan el festín para prender la fiesta. (YIE)