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¿Fin a la carne de perro en Corea del Sur? Un paso histórico con retos por delante
Con la prohibición del consumo de carne de perro, Corea del Sur debe gestionar la transición y proteger a miles de perros
En 2024, Corea del Sur implementó una prohibición nacional de la venta de carne de perro. La ley, aprobada en enero, concede hasta febrero de 2027 para que los criadores cierren sus granjas y vendan los animales restantes.
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No obstante, muchos productores aseguran que el plazo es insuficiente para una transición justa, y denuncian la falta de protección adecuada para ellos y para los aproximadamente medio millón de perros en cautiverio.
Desafíos para productores y animales: entre la incertidumbre y la deuda
▶️MEDIO MILLÓN DE PERROS "SALVADOS" DE LA OLLA, PERO...| 😱
— DELPY 📱🎬 (@delpynews) June 27, 2025
🇰🇷Corea del Sur prohibió la carne de perro en el año 2024, pero generó un problema insólito: 500.000 perros se quedan "sin uso" en granjas.🐶
😳Los granjeros, en quiebra, no pueden venderlos ni reubicarlos, y sin… pic.twitter.com/j4XNyG5CgP
En la mitad del periodo de gracia, criadores enfrentan la realidad de tener cientos de perros invendibles, sin poder cerrar sus negocios y con recursos limitados para mantener a sus familias.
“La gente está sufriendo”, le dijo a la BBC Joo, presidente de la Asociación Coreana de Perros Comestibles. “Estamos ahogados en deudas, no podemos pagarlas, y algunos ni siquiera encuentran un nuevo trabajo. Es una situación desesperanzadora”, insistió.
“Ni siquiera en mi granja puedo procesar tantos perros en ese tiempo”, advirtió en la misma entrevista de BBC Mundo. Critica la falta de un plan claro para los animales sobrantes y señala que las autoridades aprobaron la ley sin pensar en las consecuencias prácticas.
Obstáculos para la reubicación y adopción de perros
Un gran desafío es la dificultad para reubicar a los perros rescatados. Muchas granjas crían razas grandes, difíciles de adaptar a la vida en apartamentos, y existe un estigma social asociado a estos perros por enfermedades y traumas.
Además, muchos perros son razas clasificadas como “peligrosas”, lo que complica aún más la adopción. Los refugios ya están saturados, lo que genera preocupación sobre el destino final de estos animales.
La posible ironía: rescatar para luego sacrificar
Activistas y expertos alertan que, pese a la prohibición, muchos perros podrían enfrentar la eutanasia ante la falta de soluciones viables. “Es increíble que después de tanto esfuerzo para salvarlos, el sacrificio pueda ser la única opción”, lamenta el granjero.
Por su parte, Cho Hee-kyung, directora de la Asociación Coreana de Bienestar Animal, reconoció que aunque se intentará rescatar a muchos perros, algunos inevitablemente serán sacrificados.
El gobierno responde: inversión y apoyo limitado
El Ministerio de Agricultura afirma que no contempla el sacrificio como parte de su plan y ha destinado millones de dólares para ampliar refugios y apoyar a productores que cierren antes de tiempo.
Sin embargo, expertos como Chun Myung-Sun, de la Universidad Nacional de Seúl, creen que el plan es insuficiente y que tanto la adopción como la eutanasia deben debatirse abiertamente para evitar decepciones y frustraciones.
Alternativas y el debate cultural sobre la carne de perro
Algunas organizaciones han optado por enviar perros a adoptantes en países como Canadá, Reino Unido y Estados Unidos.
Mientras tanto, persiste el debate cultural sobre la carne de perro. Yang Jong-tae, un excriador, cuestiona la prohibición comparándola con el consumo de otras carnes, aunque expertos señalan que la industria canina presenta mayores riesgos sanitarios y no está regulada.
Un tabú en ascenso y la transformación social en Corea del Sur
El consumo de carne de perro ha disminuido notablemente en los últimos años. Una encuesta gubernamental de 2024 reveló que solo un 8% de los surcoreanos la consumió en el último año, frente al 27% en 2015.
Desde el anuncio de la prohibición, 623 de las 1.537 granjas han cerrado, reflejo de una sociedad en cambio.
Para muchos criadores, esta industria ha sido su sustento durante generaciones. Con la prohibición, enfrentan un futuro incierto, deudas crecientes y pocas opciones laborales. Los productores mayores se resignan a la pobreza, mientras que los jóvenes se ven atrapados sin poder vender ni cerrar sus granjas, viviendo una realidad desesperante.
Mirando hacia el futuro: incertidumbre y esperanzas
Chan-woo, que comenzó en esta industria hace una década, confiesa que nunca vio la carne de perro como una carrera a largo plazo. La prohibición llegó antes de lo esperado y ahora la incertidumbre domina.
“Solo esperamos que se extienda el período de gracia para hacer el proceso más gradual”, dice. Joo Yeong-bong teme que para 2027 muchas vidas estén irreversiblemente destruidas: “La gente sigue aguantando con esperanza, pero algo terrible ocurrirá”.