Carolina alista su gabinete

Al fin ve una luz al final del túnel, que le permite creer en un futuro próspero para ella. Carolina Hernández, que mide 94 centímetros de estatura, siempre ha estado llena de amor y ternura, pero hoy rebosa más felicidad que de costumbre.

Su rostro se empapa de lágrimas y emoción cuando recibe las donaciones realizadas por numerosos lectores de EXTRA, quienes le han dado la oportunidad que tanto soñaba. Y regala abrazos y besos a todos aquellos que acuden a verla.

Este Diario le hace entrega no de una silla de ruedas, sino de dos. Una fue donada por una lectora, que prefiere no revelar su identidad; la otra, por el cantante guayaquileño Xavier Enrique, radicado en Nueva York, EE.UU.

“Estoy contentísima, porque ahora puedo pasear a mi hija”, señala eufórica su madre, Margarita Rodríguez, quien con los ojos enrojecidos agradece la campaña emprendida por este Diario en favor de la joven, de 32 años.

Pero, además, Carolina recibe una visita muy especial. María Cargua, maestra de belleza y cosmetóloga, se conmovió al conocer su historia; las afecciones que la chica padece en su columna vertebral y las extremidades inferiores, que le impiden caminar largas distancias sin cansarse; y su sueño de convertirse en estilista.

Así que ha decidido brindar a Carolina el apoyo que ella tanto anhelaba, le imparte clases gratuitas y le ha conseguido una beca para estudiar en la academia Técnicas de Vicki, que regenta una amiga suya y se encuentra en Los Ríos y Luis Vernaza. Allí podrá obtener su título profesional para, posteriormente, generar ingresos y ayudar a su madre haciendo lo que más le gusta.

A pesar de su enfermedad, Carolina absorbe las lecciones como una auténtica esponja y demuestra una gran inteligencia. Ya ha comenzado sus estudios, de lunes a miércoles. “Me enseñaron a poner uñas postizas. Mis sueños se están cumpliendo”, subraya contenta. De hecho, ha ganado sus cinco primeros dólares, con una persona a la que le arregló las uñas de los pies.

“Me siento realmente feliz. Mi hija no pensó que tendría tantos regalos de quienes leyeron su historia a través del periódico. Es un día muy especial”, añade Margarita.

“Con la silla quiero conocer el Malecón 2000, ver de cerca el estadio Monumental y el Parque Histórico. Deseo ir a varios lugares, pero primero acudiré a la iglesia para agradecer a Dios por todo lo bueno que me pasa”, interrumpe la joven rebosante de alegría.

María, conmovida por el cariño recibido, anuncia que su amiga donará cinco becas más para otras personas que también conviven con algún tipo de discapacidad.

OTROS LECTORES

Son muchos los lectores que se solidarizan con Carolina. Algunos como la abogada María Idrovo se sintieron “impactadas” por la fuerza y tesón de la protagonista.

De modo que acude a su hogar, con la ilusión de hacerle llegar su admiración y ayuda. Idrovo le entrega una funda con varios regalos. Uno de ellos le será especialmente útil a la futura estilista. Es un secador de pelo, que va acompañado de peinillas y frascos de esmaltes.

Carolina tarda en reaccionar. Sus ojos tiemblan, se agarra incrédula las mejillas y guarda silencio unos segundos. “¡La secadora es más grande que yo!”, bromea ante las risas de todos.

“Diario EXTRA es el medio, el canal perfecto por el que muchas personas encuentran un rayo de luz”, atestigua la letrada.

Pero en la bolsa hay algo más. La joven introduce de nuevo la mano... y saca una plancha de cabello, herramienta fundamental para su oficio.

“No tengo palabras para agradecer todo esto. Siento que el corazón se me sale del pecho de tanta alegría”, remarca la chica mientras besa a la abogada.

El artista Xavier Enrique también desea destacar la labor social que realiza EXTRA. Él decidió ayudar a Carolina en cuanto supo de sus anhelos y tristezas. “Me parece un buen trabajo. Hace posible el sueño de mucha gente como ella”, ensalza.

DONARÁ UNA SILLA

Pero Carolina se conforma con tener una silla. Y es una mujer de sentimientos nobles, así que donará la otra a un muchacho de 19 años que no puede caminar.

El joven nació con una enfermedad en la columna vertebral y, además, una bala perdida le impactó a la altura de la cadera cuando tenía seis años. Su situación es muy precaria. Y como su familia es de escasos recursos económicos, Carolina cree que le será de mucha utilidad. Una vez más, demuestra al mundo su grandeza.

Útiles para completar su salón

A Carolina aún le faltan algunos enseres para completar su pequeño salón de belleza: espejos, un sillón de peluquero, sillas, mesas, una consola para poner los útiles, tijeras, pelucas, uñas acrílicas, esmaltes, tintes, toallas, acetona, descolorantes de cabello...

La joven anhela tener una computadora, aunque sea usada, para poder practicar. Porque en el pasado hizo algunos cursos de informática.

Si usted, amigo lector, desea colaborar con ella, puede llamar a los teléfonos 096-8086511; 099-0214407; o al 042-201100, extensión 2491, de Diario EXTRA.