La investigación por el femicidio de María Belén parece una novela sin fin. El último capítulo que causó controversia fue el informe escueto que la Policía entregó a la Fiscalía sobre la búsqueda de Germán Cáceres, principal sospechoso de la muerte de Bernal.

En el documento, de página y media de extensión, no se detalla ninguna pericia o diligencia judicial practicada. Solo se refiere, de manera general, a ciertas acciones, como entrevistas a personas que habrían visto por dónde se fue el prófugo.

Ante esta realidad, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se contactó con la madre de la víctima, Elizabeth Otavalo, para generar una hoja de ruta con base en la información encontrada.

Para la madre de Bernal, esta es una oportunidad para que el Estado demuestre su voluntad de querer colaborar con el esclarecimiento del crimen. Ella asegura que la Policía continúa encubriendo al fugitivo y hace mal uso del espíritu de cuerpo.

INCREDULIDAD

La semana pasada, la Fiscalía cesó en las investigaciones del caso a la Dinased. Carlos Alulema, general en servicio pasivo y exdirector de dicha unidad, sostiene que esta investigación debió ser manejada de una manera más técnica desde el inicio.

Según él, la CIDH quiere meter mano en el asunto porque no confía en la institución policial, debido a la serie de omisiones que han sido demostradas en el proceso, como por ejemplo la no participación de la Fiscalía en el hallazgo del cuerpo de Bernal.

“Se buscaría imparcialidad para que la familia de la víctima confíe en la información que le brindan”.