Sin respetar la agrupación por género, 12 varones y una mujer recibían tratamiento para su adicción a las drogas en un centro de rehabilitación que no contaba con los permisos respectivos. El lugar, ubicado en la cooperativa Río Guayas, en el Guasmo de Guayaquil, fue cerrado por la Agencia de Aseguramiento de la Calidad de los Servicios de Salud y Medicina Prepagada (ACESS).

La clausura se produjo ante denuncias ciudadanas. Los funcionarios de la entidad pública constataron que el establecimiento, además de ser ilegal, tenía instalaciones eléctricas en mal estado, los colchones estaban sucios y amontonados, mientras que en los pequeños dormitorios había baños improvisados.

Otra problemática detectada fue el hacinamiento con el que funcionaba la supuesta clínica.

Los internos fueron evaluados médicamente y psicológicamente y se les ofreció recibir la atención adecuada en centros de salud.