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Comieron maíz crudo y una piña para sobrevivir

El frío latigueaba su cuerpo. Bastian Lipski caminaba sin rumbo y el cielo fulgurante empezó a oscurecerse sobre el volcán Pululahua, al norte de Quito.
El chileno, de 19 años, evadía el miedo con la alegría de su perra ‘Nube’, comprada a un mendigo por tres dólares hace 12 días. Ambos aventureros se perdieron en esa zona volcánica desde el pasado 13 de agosto.
“En la entrada no dejaron ingresar a la perrita. Eso me pareció absurdo y les dije a mis amigos que tomaría otro rumbo”, comentó ayer el joven, sentado en la silla de un restaurante de comida vegetariana, en las calles Venezuela y Esmeraldas, centro de Quito.