Los tíos de Miguel Alejandro García esperaban por su cadáver en la morgue de la Policía Nacional de Quito. Tenían previsto llevarlo a Píntag, al suroriente de Quito, parroquia donde perdió la vida en circunstancias confusas.

Ayer, Segundo García, uno de los parientes, contó que todo sucedió la noche del viernes, cerca de la casa de la víctima. “Él ha estado parado al lado de una chanchera. En ese momento le pegaron y le dispararon”, explicó.

Según los familiares, el joven, de 20 años, pudo haber sido confundido con un malhechor por lo que el dueño de la casa reaccionó de ese modo.

Además, cuando ocurrió el hecho, el sospechoso no habría permitido que los vecinos llamaran a la línea de emergencias. “Ha dicho que no den la dirección, sino que diga que está en la calle principal”, comentó Manuel, otro de los tíos.

El cuerpo habría quedado en la vereda por varios minutos sin recibir atención médica, por lo que cuando llegó al hospital de Sangolquí los médicos ya no pudieron hacer nada.

Un detenido

Enseguida, el dueño de la propiedad fue aprehendido. “Cuando llegó la Policía encontraron dos armas: una carabina y una pistola”, comentó Manuel Quishpe, otro de los tíos.

Por ahora no existen más testigos del crimen, pero los familiares exigen justicia. “Creen que porque vivía solo con su hermana no tiene quién lo defienda”, dijo Segundo indignado.

El muchacho, que se dedicaba a las labores de albañilería y terminaba sus estudios secundarios, dejó una niña de dos años en la orfandad.

“Va a tener que responder el sospechoso por todo esto. Debemos hacer el sepelio y eso cuesta”, agregó Manuel.

Según las primeras indagaciones el perdigón que le dispararon a Miguel Alejandro llegó hasta uno de sus pulmones, lo que le causó la muerte.

“Eso dijeron los médicos, pero aún esperamos los resultados de la autopsia”, finalizó Segundo. 

Otro crimen

Un hombre fue baleado el viernes en su licorería, en el sur de Quito. Dos personas a bordo de una motocicleta lo atacaron. No sobrevivió.