Atodos nos ha pasado que guardamos muchas cosas sin valor económico pero que nos traen recuerdos. Algunas pueden ser viejas, rotas o simplemente permanecieron ahí por mucho tiempo y no hemos tenido el valor de botarlo o sacarlo de nuestra vida.

En esta época de cambios de nuevos comienzos, puede ser un gran momento para plantearnos si eso que atesoro o guardo vale la pena guardarlo.

¿Qué tipo de emociones tengo cuando lo tengo cerca? ¿Qué está aportando en este momento en mi vida?

La Psicóloga General y Coach, Mariuxi Hidalgo, enfatizó que las cosas no son más que eso.¡Cosas! El apego muchas veces nos conecta con emociones como alegría, ansiedad, miedo, enfado, desesperación. En ese momento que alguna de estas emociones nos invade y sintamos que nos cuesta trabajo desprendernos de lo material, es porque estamos plasmando nuestros recuerdos en cosas y no estamos siendo conscientes de ello hasta que intentamos 'sacar algo' que nos remonta a lo que vivimos con las personas o época en cuestión.

"Cuando empezamos a separar o sacar aquellas objetos que no nos produce alegría estamos sintiendo el verdadero desapego, empezando la verdadera libertad para ser felices. Conectémonos con las emociones que nos ayudarán a saber que esos recuerdos siempre estarán ahí contigo y que no necesitan estar atados o conectados a algo material", señala la experta.

Para iniciar el proceso de desapego hay que tomar en consideración lo siguiente.

· Establecer un tiempo para mantener aquello que no está aportando valor en nuestra vida.

· Conectemos con nuestras emociones y mantengamos a nuestro lado lo que nos genere alegrías.

· Si son cosas materiales que están en buen estado donarlas a personasque puedan darle un uso.

· Hacer el proceso de agradecer, soltar y fluir.

Cuando logramos desapegarnos de aquello que nos hace sufrir, comienza nuestra verdadera libertad hacia un camino diferente en el que no solo notaremos cambios físicos, ya que nuestro cuerpo reaccionara de acuerdo a nuestro estado de ánimo y emociones dando paso a la alegría, tranquilidad, armonía y plenitud dejando a un lado los miedos y las limitaciones que no nos permitían avanzar.

“Somos personas libres, que debemos vivir nuestro presente, vivir desde el corazón sin tener la necesidad de aferrarnos de forma compulsiva a nada ni a nadie”, indica la psicóloga.

Antes de que termine el año, debes revisar los cajones, clósets, archivadores, clasificar documentos e incluso tus productos de belleza y ver qué es lo qué te puede servir y qué no. Quédate con lo exclusivamente necesario. Si algo te recuerda algún momento o a alguien especial, depende de ti, mantenerlo. Los artículos o prendas de vestir que ya no desees puedes regalarlos o donarlos. Harás feliz a alguien.