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¡Iba por pañales, pero la estrangularon, le abrieron el vientre y le sacaron su hijo!
La Policía comienza a dar detalles del cruel asesinato de una mujer de 19 años en Chicago. Había conocido a la presunta asesina por Facebook.
Marlen Ochoa-Uriostegui estaba ilusionada con la llegada de su hijo. Compartía sus ilusiones y una que otra foto en Facebook. Y fue en esa misma red social donde conoció a quien hoy se cree es su asesina: Clarisa Figueroa, una mujer de 46 años de edad que se hizo su amiga y que le había prometido regalarle ropa ara el bebé. Pero la engaño, la llevó a una trampa y la mató.
De este hecho, que hoy conmociona a la ciudad de Chicago (EE.UU.) comienzan a conocerse algunos detalles. La mujer fue asesinada el pasado 23 de abril y su hijo fue arrancado de su vientre presuntamente por Clarisa Figueroa y su hija de 24 años Desiree, quienes ahora se enfrentan a cargos de homicidio en primer grado por la muerte de la chica; mientras que un joven llamado Piotr Bobak, el novio de Clarisa, fue acusado de ocultar el hecho.
Según las primeras versiones y por lo que se ha indagado de las redes sociales, Clarisa Figueroa fingió que había dado a luz y publicó es ‘noticia’ en una página de GoFundMe creada después del asesinato de Marlen Ochoa. Las autoridades dicen que la joven pensó que iba a la casa de la mujer para obtener una carriola y posiblemente ropa de bebé, después de conocer a Figueroa a través de un grupo de Facebook para madres llamado Help A Sister Out (Ayuda a una hermana).
La última vez que Marlen Ochoa fue vista con vida fue el mismo día de su muerte, al salir de la escuela Secundaria Alternativa Latino Youth, donde estudiaba. Estaba embarazada de nueve meses y la fecha prevista para el alumbramiento era el 5 de mayo. Ella estaba casada y tenía un hijo de 3 años, al que debía haber ido a recoger a la guardería el día de su desaparición, pero nunca llegó.
Las investigaciones revelan que la ilusionada mujer se había puesto de acuerdo con la hoy acusada Clarisa Figueroa e iba donde ella a recoger la ropa para el bebé que le había prometido. Ese día, con la colaboración de su hija, Clarisa la estranguló con un cable eléctrico en el salón de su casa, mientras la joven embarazada miraba un álbum de fotografías. Después le abrieron el vientre y le sacaron el bebé.
Una persona, que no quiso identificarse, vio cuando la ambulancia llegó y recordó observar a la mujer mayor parada frente a la puerta con un bebé en los brazos envuelto en una toalla o sábana. Notó que tenía las manos y camiseta ensangrentadas pero no había sangre en la pantaloneta que tenía puesta.
Según la investigación policial, Clarisa Figueroa hizo una llamada al teléfono de emergencias para avisar que el niño recién nacido tenía problemas para respirar, tras lo cual fue llevado en estado crítico a un hospital cercano donde actualmente se encuentra en cuidados intensivos y con daños cerebrales.