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“Salí a buscar gasolina para quemar la casa conmigo dentro”
Kathleen Layana López, quien confensó ser la autora del crimen en que una mujer terminó descuartizada, dijo que su primera opción para deshacerse del cuerpo fue quemarla.
En la segunda versión que Kathleen Alexandra Layana López debía dar en la Fiscalía decidió acogerse a su derecho al silencio. Según el fiscal Víctor González, de la Unidad de Flagrancia, solo evitó repetir todo lo que ya constaba en un escrito, firmado por ella.
Con su primera declaración fue suficiente para que los investigadores pudieran solicitar una boleta de captura en su contra y luego formularle cargos, por el delito de asesinato.
Ahora, según el funcionario, deberá permanecer por al menos 90 días con prisión preventiva, mientras se investiga si en el crimen participaron más personas, aunque en su relato, la joven aseguró que no necesitó ayuda de nadie, solo de un primo a quien habría pagado 5 dólares para que le ayudara a transportar el cadáver de Verónica Jazmín Silva Ruiz, supuestamente sin que él se enterara de qué se trataba.
En la diligencia judicial, realizada la tarde del pasado jueves, el defensor de la sospechosa, el abogado José Wininter, sostuvo que a Layana se le debió aplicar un protocolo de atención a personas con trastornos mentales. Pero eso se establecerá durante la etapa de investigación, precisó el fiscal González, por un perito avalado por el Consejo de la Judicatura.
Su primera opción: quemarla
En la versión rendida por la sospechosa detalla que incluso habría pensado en acabar con su propia vida, luego de presuntamente cometer el asesinato. “Saqué el cuerpo al baño para poderlo quemar, le tiré alcohol y un palo de fósforo, quemándosele una parte del cabello. Y como no funcionaba, salí a buscar gasolina para quemar la casa conmigo dentro, pero no encontré”, se precisa en la declaración.
Su segunda opción: cortarla en dos
Fue después de eso que Layana habría decidido comprar un machete, afilarlo y cortar en dos el cadáver de Verónica Jazmín, quien fue su compañera en la etapa colegial, en una unidad educativa de la ciudadela Huancavilca, en el sur del Puerto Principal.
Además, ante las preguntas del fiscal Errol Elizalde, quien está a cargo del caso, ella explicó que el arma que utilizó para dividir el cuerpo la había escondido detrás del inodoro de su casa.
También reveló que el cable con el que presuntamente estranguló a la víctima quedó en su casa, se menciona en el documento.
Otro detalle que aparece en el escrito, del momento en que la sospechosa trataba de abandonar el cadáver en una zona desolada, saca a luz que ella no quiso dejar el cuerpo en el sitio donde fue encontrado, sino en otro sector, más alejado, pero un percance alteró sus planes: un sujeto con un arma de fuego los amedrentó e intentó robarles el triciclo en el que lo transportaban, por eso corrieron.
“Actuó con conciencia”
El psicólogo forense Segundo Romero explicó que la procesada podría “tener rasgos psicopáticos por el mecanismo como actuó, pero hay que entender que actuó con conciencia y voluntad (...). No creo, en lo personal y en lo profesional, que ella tenga un cuadro esquizofrénico porque ya ha habido una premeditación”.