Algunos moradores de la cooperativa Los Últimos Seremos los Primeros, en el sur de Guayaquil, quedaron consternados por el crimen a tiros contra uno de sus vecinos, Javier Oswaldo Bonilla Colcha, cabo segundo de la Policía Nacional.

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El asesinato fue reportado aproximadamente a las 06:20 de este viernes 20 de junio. Colegas de la víctima, de 30 años, de inmediato se dirigieron hacia el sitio para cercar la zona, recabar indicios y retirar el cadáver. El cuerpo estaba tirado en una esquina.

“No había conversado con él, pero siempre saludaba cuando pasaba por aquí para ir a trabajar”, contó sorprendido un adulto mayor que habita en el sector.

Según el hombre, en el momento en que se produjo el ataque armado se escucharon tres detonaciones de arma de fuego. “Se oyeron tres disparos, no fue una ráfaga. Él vivía a la vuelta de donde le dispararon”, comentó el morador, quien prefirió no salir de su casa por temor.

Otros residentes se acercaron apresurados hacia Bonilla, para intentar ayudarlo, pero notaron que el servidor policial ya había muerto.

Implicados iban en moto

Según mencionaron los habitantes a agentes, los tipos que participaron en este ataque criminal se movilizaban a bordo de una moto.

Agentes policiales del distrito Sur, al cual pertenece la cooperativa donde se registró el crimen, luego del suceso ejecutaron acciones enfocadas en tratar de aprehender a quienes estarían involucrados en el ataque.

Durante la mañana, no hubo un pronunciamiento del jefe policial del distrito respecto a lo sucedido, ya que, según indicó personal de esa jurisdicción, se encontraba en aquellas intervenciones en respuesta al asesinato. Hasta el cierre de esta nota periodística, no se notificó sobre capturas de implicados.

La hipótesis del crimen

De acuerdo con la información recabada preliminarmente por la institución policial, Bonilla habría sido interceptado por criminales que pretendían sustraerle su moto.

Durante el atraco hubo un forcejeo con el uniformado, quien finalmente recibió un disparo y cayó a la calzada herido de gravedad, mientras los pillos escapaban.

En fotografías difundidas en las redes sociales, se observa que Bonilla quedó tendido en la vía con el casco puesto. También se puede notar que estaba vestido de civil, con una pantaloneta negra y una camiseta del mismo color. Se conoció que gozaba de su día franco.

El agente residía a una cuadra de donde fue baleado, según comentaron los moradores. Allí vivía con otros familiares. Los vecinos quedaron preocupados luego del hecho, pues temen que ocurran nuevos intentos de robo en la zona a partir de este suceso criminal en el que Bonilla perdió la vida.

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