Alejandro Jiménez no quiere vacunarse contra el coronavirus. El joven, de 28 años, dice que las personas más vulnerables, como los adultos mayores y quienes tienen enfermedades crónicas, deberían estar inoculadas antes que él.

Además, cree que no se ha experimentado ni investigado lo suficiente con respecto a la vacuna. Sin embargo, epidemiólogos como Daniel Simancas recomiendan a las personas que esa es la única alternativa para evitar la propagación de la COVID-19 y de sus variantes.

El médico e investigador de la Universidad Tecnológica Equinoccial(UTE) explica que si bien es cierto la vacuna no protege en un 100 por ciento la infección con el virus, sí evita las complicaciones en un paciente contagiado. “Una persona vacunada tiene menos riesgo de morir o de ingresar a la sala de cuidados intensivos”.

Simancas también señaló que mientras más personas se vacunen habrá más infectados, pero no hay que asustarse. El médico añadió que eso es un efecto colateral porque el virus circula con más rapidez “y no por eso debemos pensar que la vacuna no funciona”.

Mitos y verdades

Tito Flores tenía incertidumbre sobre la vacuna, pero decidió ponerse la primera dosis de Sinovac. Según el diseñador, de 33 años, lo hace por una razón práctica. “Algún rato van a pedir el certificado para poder salir del país o entrar a algún lugar”.

Alberto Narváez, profesor de medicina de la Universidad Central y experto en políticas de control de enfermedades, enfatiza que la mayoría de personas no quiere vacunarse porque piensan que les instalarán un chip en el cuerpo, que se volverán infértiles o que morirán en unos dos años y eso, aclara, es una falsedad.

“Con las vacunas contra el sarampión, la rubéola y otros virus no hubo muertos. Tampoco habrá con esta”.

El médico investigador Esteban Ortíz publicó en su cuenta de Twitter: “Si eres antivacunas, créeme, no eres irreverente ni antisistema, eres un peligro para la salud pública y pones en peligro tu vida”.

Socializar

Narváez señaló que si existen personas vacunadas y no vacunadas en la misma empresa, se debe tomar medidas y protocolos para las personas sin inocularse porque son las que tienen riesgo de morir. Aislamiento focalizado y reforzar las normas de bioseguridad son una opción.

El médico añadió que primero habría que vacunar a la población mayor de 50 años, quienes, según sus análisis, representan el 90 % de los fallecidos infectados por el virus. “Los trabajadores que están vacunados pueden llevar el virus a estas personas”.

El epidemiólogo guayaquileño Federico Cabrera mencionó que se debe socializar la información sobre la vacunación, que de alguna forma se ha distorsionado en redes.