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Deslizamientos destruyeron una ciudadela en Cuenca

Las cinco últimas viviendas, de 40 que fueron construidas en la ciudadela Jaime Roldós, al norte de Cuenca, están por desaparecer.

Las cinco últimas viviendas, de 40 que fueron construidas en la ciudadela Jaime Roldós, al norte de Cuenca, están por desaparecer.

Las cinco últimas viviendas, de 40 que fueron construidas en la ciudadela Jaime Roldós, al norte de Cuenca, están por desaparecer.Jaime Marín / Extra

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Las cinco últimas viviendas, de 40 que fueron construidas en la ciudadela Jaime Roldós, al norte de Cuenca, están por desaparecer tras un fenómeno de deslizamiento que se presentó en el año 2005.

En esos inmuebles residen 25 familias, quienes hoy dicen no tener a dónde ir. “Con esfuerzo y mucho sacrificio hemos construido nuestras casas y hoy estamos sin nada”, expresaron los afectados tras sentir que la reactivación del fenómeno pone en grave riesgo sus bienes y sus vidas. Las viviendas están al borde de precipicio.

La alarma se reactivó el fin de semana y el Consejo de Seguridad Ciudadana junto al Comité de Operaciones Emergentes, la noche del miércoles 28 de junio declararon la emergencia para la ciudadela.

Fue en 2010, a cinco años de haberse detectado una sobresaturación de los terrenos donde se asienta la ciudadela, que el fenómeno provocó que unas 35 casas y calles desaparezcan; las familias damnificadas fueron reubicadas en varios proyectos de viviendas del Municipio y del Ministerio de Vivienda.

Se agilitarán de inmediato unos 400.000 dólares para la construcción de obras de mitigación, mientras el Concejo Cantonal de Cuenca definirá un albergue temporal para los damnificados, en espera de la ubicación definitiva en los hogares del plan vivienda que construye el Municipio de esta ciudad.

El director municipal de Gestión de Riegos, Pablo Crespo, detalló que el deslizamiento ha hecho que dos viviendas de tres pisos, que acogen a varias familias, se vean afectadas de forma directa por lo que una de ellas tuvo que ser desalojada.

Las 25 familias, actualmente en riesgo, serían quienes en 2010 habrían decidido habitar las casas en la parte alta de zona, según Crespo.

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