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Cuenca: con fe y espiritualidad conmemoran el Domingo de Ramos
Las iglesias se ven llenas en toda la ciudad una vez que se levantaron las medidas de restricción.
Histórico. Dos años debieron pasar para el reencuentro, para sentir las gotas de agua vendida en el rostro, para remojar y bendecir las plantas rememorando el Domingo de Ramos, pasaje bíblico dentro del calendario religioso católico en el inicio de Semana Santa. Fue en todas las iglesias de Cuenca.
Con la presencia masiva de feligreses, ávidos de la gota de esperanza que abriga la espiritualidad de sanar el alma y corazón, que se celebraron las eucaristías y procesiones, luego de más de 24 meses en que la pandemia del COVID obligó a refugiarse en los hogares.
Aunque la pandemia no ha terminado, los creyentes se concentraron en torno a esta celebración para elevar plegarias y oraciones por el ´milagro´ de seguir con vida, y con la fuerza suprema para salir adelante, dejando atrás las tristezas y los dolores, aunque algunos recuerdos permanecerán un tiempo más, hasta que sanen las heridas, dijeron algunos de los asistentes a l oficios religiosos.
Unos portaban arreglos elaborados en base a duda, paja toquilla, romero, laurel y la conocida palma de cera, para así recibir la bendición.
Las misas se ofrecen en la capital azuaya y en todas sus parroquias rurales, pero la principal fue oficiada por el Arzobispo de Cuenca, Monseñor Marco Pérez, en la Catedral de la Inmaculada Concepción.
Al final de la misa, el Arzobispo, tomó un ramo de romero en la mano derecha, la que iba remojando en un recipiente con agua, y haciendo la señal de la Cruz, lazar gotas de agua sobre los ramos y el rostro de los participantes en la ceremonia, como significado de Bendiciones.