Víctor Hugo Sosa, alcalde de San Pedro Huamelula, Oaxaca,  se casó con Alivia Rubí. Una boda de ensueño, con una fiestota donde todo el pueblo estuvo invitado, hubo baile y trato, y en donde la 'novia' llució un hermoso traje blanco de flores y el galante esposo hasta la llevó al altar en brazos.

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Ah, pero eso sí, cuidadoso y anticipándose a cualquier arranque de "celos", la futura esposa iba con el hocico bien amarrado. ¿Hocico, así de groseros la tratan? Pues bueno, es que la novia no era nada menos que un caimán hembra.

Esta boda obedece a un ritual que se realiza desde 230 años en el municipio oaxaqueño. La ceremonia se afectúa con el fin de atraer prosperidad a la comunidad.

La inusual novia, de solo 7 años, también es conocida como Alicia Adriana y asume el papel de "la niña princesa" durante la celebración ancestral.

Pero antes de la boda, la princesa lagarto de Huamelula es bautizada en la iglesia de San Pedro por los ancianos del lugar para quitarle toda su 'bestialidad'. Luego ya vestida como novia, es pasada por todo el pueblo al ritmo de la comparsa.

El significado de este matrimonio es un enlace entre los humanos y los animales, una conexión con la Madre Tierra; se lo realiza cada año, en las temporadas de lluvias.

Elia Edith Aguilar, madrina del caimán, fue la encargada de organizar la boda.

Ella comentó que le tomó “mucho tiempo poder elegir el mejor vestido para la ‘princesa’. Me da mucha felicidad y me hace sentir orgullosa de mis raíces. Es una tradición muy bonita”.

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