La postura que tomarán los nuevos asambleístas dependerá de quién sea elegido por los ecuatorianos como presidente, el próximo 15 de octubre, en la segunda vuelta electoral.

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Luisa González, de la Revolución Ciudadana; y Daniel Noboa, de la alianza Acción Democrática Nacional (ADN), buscan ocupar la silla presidencial de Carondelet para gobernar, en poco tiempo, un país con una crisis de seguridad y económica acentuadas.

Para el propósito, el nuevo mandatario deberá ser ‘panísima’ de la nueva Asamblea Nacional para llegar a consensos y no a confrontaciones como hubo en el pasado y que provocaron su disolución.

Dos abogados constitucionalistas afirman que ambos candidatos tendrán una oposición al Gobierno marcada, con la que tendrán que lidiar en la toma de decisiones. Pero ¿a quién se le hará más ‘a vaca’ gobernar?

Para la jurista Nathalya Salazar, el candidato Noboa tendría menos piedras en el camino para gobernar, pese a que la mayoría de legisladores pertenezcan al correísmo. Según ella, el joven empresario ha cuidado su perfil político de contiendas escandalosas.

Destaca que a Noboa no se lo ha visto en confrontamientos subidos de tono con militantes de otros partidos o movimientos políticos. Además, considera que tiene un plan de gobierno que contempla las necesidades del pueblo en materia de seguridad, economía y salud. “Tendrá el panorama menos complejo en comparación a González, a quien le empaña su pasado político”.

Por su parte, el abogado Alberto Montenegro considera que la gobernabilidad de la candidata González se presenta como una tarea más sencilla gracias a la mayoría de legisladores que conformarán el nuevo Legislativo y que pertenecen a la Revolución Ciudadana.

El experto añade que la ruptura interna dentro del movimiento Construye, que fue liderado por el candidato asesinado Fernando Villavicencio y que es la segunda fuerza política con más curules en la Asamblea, ayudará a que la candidata “cuente con una base sólida para llevar adelante su agenda y cumplir con sus propuestas políticas”.

A pensar bien por el pueblo

Ambos expertos afirman que más allá de que un partido político sea mayoría en la Asamblea, el enfoque del Legislativo debe ser la creación de leyes tendientes al bien común y no a intereses partidistas.

Salazar considera que el trabajo de los parlamentarios “debe ser un accionar sesudo con responsabilidad social”. A esto, Montenegro añade que pese a que exista conflicto entre las dos fuerzas políticas con mayoría en la Asamblea, se deberá limar asperezas y evitar controversias en el proceso legislativo para el bien del pueblo. 

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