María Cuyo es la nueva víctima mortal que se cobra la migración. Pero esta vez, la ecuatoriana no perdió la vida en México, como en casos anteriores, sino en la temida selva de Darién, en Panamá, paso obligado para los caminantes que buscan llegar a Estados Unidos.

Según 1800Migrante, la mujer, de 38 años, murió ahogada. Sin embargo, el problema está en que ella no iba sola, ya que la acompañaban sus hijos de 12, 9 y 6 años.

A decir de un pariente que conversó con EXTRA, no está claro todavía si María fue la única en fallecer. Esto porque mientras cruzaba, ella habría cargado a la menor de sus retoños.

“Tenemos entendido que los dos hijos mayores fueron rescatados por militares, pero no se conoce nada de la más pequeñita”, detalló el allegado, quien pidió discreción en su identidad.

La odisea

Otro allegado contó a este medio que la joven viajó rumbo a Estados Unidos para encontrarse con el papá de los pequeños. “El hombre está allá cerca de dos meses, pero no sabía que iban a verlo”.

María estuvo ‘escoltada’ por una amiga cuando se embarcaron en la odisea. A decir del pariente, la chica era oriunda de Zumbahua, Cotopaxi, pero llegó hace poco a Quito.

“Laboraba vendiendo cebolla paiteña en el mercado”, acotó el familiar. Pero la situación la obligó a buscar un mejor futuro para sus niños.

Ahora, los parientes de las víctimas tampoco conocen si su cuerpo podrá ser entregado al esposo. Piden a las autoridades ecuatorianas que les ayuden a obtener más información sobre el proceso que se llevará a cabo, tanto para el cadáver como para los menores.