De rodillas pidieron a Dios: ¡no más terremotos!

Portoviejo (Manabí)
Se arrodillaron y alzaron sus brazos para pedir que la naturaleza calme su furia, esa que por más de un mes ha tenido a los manabitas con el corazón palpitando a mil y los nervios a punto de estallar.
Más de dos personas, vestidas de blanco espiritual, se congregaron en el parque El Mamey de Portoviejo para, a través de oraciones, recibir la misericordia de Dios, por la unidad de las iglesias evangélicas del país y para que la tierra deje de temblar.
Con los ojos cerrados y sus rostros empapados de lágrimas, los creyentes pidieron por la paz de las almas de sus seres queridos que perdieron la vida en el terremoto del 16 de abril de 6.8 grados de magnitud y que hasta ahora ha dejado 665 víctimas, así como las personas que se quedaron en las calles por el derrocamiento de sus hogares afectados por los movimientos telúricos.
“Lo que nos pasó fue un toque de Dios para que la iglesia despierte, porque muchos hemos estado durmiendo”, decía María de Lopera a la multitud que se dio cita la tarde y noche del sábado pasado en el centro de recreación. Y continuó con el pedido de una oración “por la unidad de las iglesias, como Jesús quiere que seamos: un solo pueblo, porque creemos, Dios, que vas a hacer el milagro”.