¡Bellas, pero peligrosas!

Madrugada del 9 de junio de 2011, sector Alberto Zambrano, de Puyo, provincia de Pastaza... Gilbert Adolfo Gaibor Viteri murió desangrado en el portal de su casa y sus últimos segundos de vida los respiró a los pies de la mujer que juró amarlo por siempre.

En agonía, él le habría suplicado ayuda a ella, pero, con frialdad, solo levantó la mirada dejándolo a su suerte. Por el contrario, caminó apresurada para escapar junto con otro hombre, informaron.

Gaibor Viteri falleció por las múltiples puñaladas que le propinó el victimario.

Por este caso, los principales sospechosos son la mujer con la que semanas antes había contraído nupcias: July Katherine Serrano Méndez, de 26 años, y la expareja de ella, Carlos Ronald Gómez Coello.

Las investigaciones establecieron que ambos habrían planeado el crimen para robarle 8 mil dólares que Gaibor recibió prestados de un banco dos días antes.

Gómez Coello fue detenido y llevado a juicio por esta muerte, pero July Katherine se esfumó y, en más de siete años, no ha sido localizada. Por eso, es considerada por la Policía y el Ministerio del Interior como la segunda delincuente más buscada de esa provincia.

Otras buscadas

Existen otras seis féminas que hacen parte de ese lamentable registro: cuatro más por asesinato, una por estafa y otra por tráfico de estupefacientes.

Para Víctor González, fiscal de la Unidad de Flagrancia de Guayaquil, “el rol criminal ha evolucionado y hemos podido observar que mujeres no solo cometen hechos delictivos, sino que también lideran bandas”.

Tal es el caso de la colombiana Yessica Mercedes Solórzano Arteaga, también conocida como Argénesis Solarte o Pantera.

Solórzano Arteaga fue detenida en 2012 por tráfico de sustancias y permaneció recluida en el Centro de Rehabilitación Social Femenino del Puerto Principal hasta el 30 de mayo de 2013, cuando se fugó del hospital Abel Gilbert Pontón, a donde fue llevada por una supuesta dolencia. Con la ayuda de un comando motorizado escapó de la casa de salud. Aún sigue prófuga.

Para algunos investigadores, la Pantera es la mujer más peligrosa en el listado y la única que aparece en el ‘catálogo’ de Guayas.

“Es evidente que hay mujeres consideradas peligrosas y, por eso, a través de recompensas se las busca”, acotó González.

Por la información que permita la captura de un integrante del programa Los Más Buscados, las autoridades ecuatorianas ofrecen recompensas de entre 5 mil y 20 mil dólares.

‘Matamaridos’

En ese listado hay otras dos mujeres que guardan similitudes con la historia de July Serrano, porque también fueron involucradas en las muertes de sus esposos.

En Quito, el 2 de enero de 2007, Ruperto Guaniche denunció que llevaba cuatro años sin saber de su hijo, José Daniel Guaniche Jaramillo.

El padre decidió acudir a las autoridades porque su nuera, Sandra Jacqueline Goyes Pazmiño, le dijo que su hijo no quería saber de sus familiares y que había pedido supuestamente que lo dejaran en paz.

Sin embargo, durante las investigaciones, los agentes obtuvieron una versión que revelaba que la víctima había sido asesinada por esa mujer y su amante. Además, ella luego habría enterrado sus restos al lado de un tanque de agua en la vivienda que alquilaba en el sur capitalino.

El 28 de enero de 2015, la osamenta fue hallada y se descubrió que su cónyuge había falsificado unos documentos de divorcio y que, en cierta ocasión, su amante se hizo pasar por José Daniel.

En las imágenes que la Policía Judicial difunde, a Sandra Goyes se la observa como una mujer aparentemente serena.

Otra buscada es Herlinda Elvira Manobanda Álvarez, requerida por el asesinato de su cónyuge, Jairo Simón Zambrano Azúa, ocurrido el 31 de diciembre de 2012.

De acuerdo con las investigaciones, la víctima conducía su camioneta Ford F-150 cerca del cantón El Empalme, en Guayas, cuando fue interceptada por un automóvil del que recibió los disparos que ocasionaron su fallecimiento.

Zambrano circulaba en compañía de un hijo y un sobrino. Las investigaciones establecieron que Herlinda Elvira, en complicidad con un sujeto con el que mantenía una relación sentimental, habría contratado a un sicario por 30 mil dólares para acabar con el padre de su hijo.

En chongo

Zulay Estrella Salguero Novoa pasó de trabajadora sexual a implicada en el asesinato de un exadministrador del club nocturno El Cerrito, donde laboraba, en el cantón La Troncal de la provincia del Cañar. Ocurrió el 1 de febrero de 2012 y en el sistema de vigilancia del sitio, la fémina quedó grabada cuando hacía las señales que daban presuntamente ‘vía libre’ al cometimiento del crimen.

¡Vecina peligrosa!

En Chimborazo, la quinta persona más buscada es María Guailla Guamán, quien es sospechosa de la autoría intelectual del crimen de María Esther Morocho Tituaña. El hecho sucedió a las 13:15 del 28 de enero de 2012.

La víctima descansaba en el balde de su camioneta cuando unos sujetos en moto llegaron y la balearon.

El motivo del crimen habría sido una denuncia a causa de problemas vecinales (por terrenos) que María Esther presentó en contra del esposo de Guailla Guamán. Esto por supuestas amenazas proferidas en su contra.

Para buscar a la implicada, quien es parte de la comunidad indígena, los investigadores solo cuentan con una foto de perfil que lograron conseguir.

Finalmente, la última mujer que aparece en esta lista es Irina Valeska Rodríguez Anchundia. De ella existen pocos datos en la Función Judicial, aunque suficientes para conocer que el caso de estafa por el que era buscada fue señalado como prescrito, pero también es requerida por asociación ilícita y ese caso, aunque aparentemente vigente, está archivado.

Detalle

7 mujeres y 88 hombres son requeridos

El fiscal Víctor González dijo que en Ecuador la mayoría de delitos son cometidos por hombres.

Y eso se ve reflejado en las cifras, porque de 38.034 personas privadas de libertad en el Ecuador, solo 2.917 son mujeres. “Pero ha habido una creciente”, señaló.

En la nómina de delincuentes y criminales más buscados del país, las féminas ocupan apenas el 7,37 % del registro, porque son 7 de 95 sospechosos requeridos.