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Desmembradas en 24 meses
Según expertos hay tres motivaciones: ocultar la evidencia; la sed de venganza, ya que con la muerte no acaba el coraje contra la víctima, y la tercera es que son personas sin lucidez por sus trastornos mentales.

En Guayaquil, Verónica Jazmín Silva Ruiz, de 21 años, fue asesinada y descuartizada.
A la guayaquileña Diana Yuri Cruz Delgado, de 27 años, ‘se la tragó la tierra’ el pasado miércoles 17 de julio... Cuatro días después apareció asesinada y descuartizada, un hecho que ha sacudido a los ecuatorianos y despertado una interrogante: ¿por qué, además de matarlas, las descuartizan?
Diana es la séptima mujer asesinada y despedazada en los últimos 24 meses en el Ecuador. Su cuerpo fue hallado en un tacho y su cabeza sepultada debajo de una capa de cemento, al lado de la taza del servicio higiénico.
Para tener una respuesta a esta interrogante EXTRA conversó con dos especialistas de la conducta del ser humano: el sicólogo clínico forense Polidoro Segundo Romero y el siquiatra y perito, Juan Montenegro.
Explicaciones
Romero explicó que estos crímenes por la alevosía y la saña con las que son cometidos causan conmoción y alarma social y aún más, porque las víctimas, en la mayoría, son mujeres.
El sicólogo indicó que hay tres motivaciones que llevan a una personas, además de asesinar, a descuartizar a su víctima.
La primera, según el forense, es porque el homicida trata de ocultar la evidencia, en este caso el cuerpo, con el objetivo de no ser culpado, sancionado y llevado a la cárcel.
“Al pasar los minutos, el asesino reflexiona y entra en miedo y en su búsqueda por tratar de desaparecer el cadáver encuentra una manera: descuartizarlo. Lo hace pedazos para sacarlo, por lo general ocurre en los lugares poblados”, dijo Romero.
En cambio, en los sitios apartados, por la facilidad, los cadáveres son botados enteros, entre los matorrales.
La segunda motivación es la emocional. El agresor siente ira, coraje, rabia contra la víctima y se ensaña contra ella y por esa sed de venganza la descuartiza.
Aquí influye el ego personal y la satisfacción del victimario, quien no se siente satisfecho de lo que ha hecho y piensa que con la muerte no ha sacado todo el coraje contra la víctima. Además su objetivo es dejar un precedente de violencia.
Romero explicó que la tercera causa es cuando el victimario padece un trastorno psicopático, producido por un problema mental patológico como la esquizofrenia, o porque es una persona que ingiere drogas ilícitas.
“Por su estado sicótico alucina y descuartiza a la víctima. El esquizofrénico no está lúcido, es más este tipo de delito es inimputable, porque el asesino actúa sin conciencia y sin voluntad. A diferencia de esta, en las dos primeras motivaciones sí hay premeditación y alevosía”, sostuvo el especialista.
También indicó que es casi imposible evitar este tipo de hechos “porque desafortunadamente a los ciudadanos nos hace falta una autoconducta de seguridad. Andamos, salimos por donde queremos, amanecemos en viviendas ajenas y desgraciadamente la policía no puede estar en cada casa controlando. Además estos casos pudieron haber sido planificados u ocurrieron de forma espontánea”, explicó Romero. Asimismo, señaló que la mayoría de los casos de descuartizamiento de mujeres tienen que ver con problemas sentimentales, es decir son homicidios pasionales, pero también se llaman crímenes por emoción violenta y está estipulado en el diccionario psiquiátrico. En el caso de los hombres ocurren por venganza.
Por lo general, las personas que cometen estos crímenes tienen conducta antisocial, rasgos psicopáticos, siempre han estado en problemas, en conflictos, posiblemente detenidos, es decir han tenido trastornos de personalidad.
El experto hizo referencia al crimen de Diana e indicó que en este caso el sospechoso ha estado envuelto en otro asesinato y seguramente para él fue más fácil, que para una persona común que no ha sido señalada por algún delito.
“Posiblemente no tiene remordimiento de lo que hizo, porque es una persona con conducta antisocial, no creo que se arrepienta, pienso que si sale en libertad es probable que vuelta a cometer un delito”, dijo.
El siquiatra Juan Montenegro coincide con el tercer criterio de Romero y dijo que quien descuartiza un cadáver, indudablemente, es una persona que tiene un trastorno antisocial de personalidad, es decir un psicópata.
“Puede ocurrir por celopatía, es decir el criminal es un celópata, alguien que perdió el ‘control’ de la pareja o resentido porque esta le dijo hasta aquí”, mencionó.
En la mayoría de los casos, el agresor es una escuela de lo que ha vivido durante su infancia, seguro viene de hogares de padres agresores, violentos, y es lo que aprendió.
“Si cometió el delito busca deshacerse del cadáver y como es visible sacar un bulto grande lo comienza a desmembrar para ocultar las evidencias, esa es la explicación técnica científica”, comentó.
El médico explicó que en la mayoría de los casos los crímenes son planificados y luego para desaparecer la evidencia también lo hace con plena conciencia, con claridad, sabe que está venciendo las normas legales y de la sociedad, por lo tanto no es un enfermo mental inimputable, por tanto tiene que pagar por lo que hizo.
Montenegro refirió que desafortunadamente la violencia está inmersa en todos los estratos sociales, desde los más bajos hasta los más altos, en personas con educación y sin educación, pero los más notorios y los que más se conocen son los de las clase media hacia abajo.
“Vivir en una escuela de padres violentos forma hijos de la misma condición. El hogar es el modelo para poder determinar personas de bien y no agresivas o violentas”, recomendó el siquiatra.