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Diario Extra Ecuador

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Ocho años de dolor y promesas incumplidas

Los familiares de las víctimas quieren llegar a un acuerdo con el causante de la tragedia ocurrida en 2010. Algunos decidieron abandonar las casas donde habitaban por alejarse de los recuerdos.

El día del accidente, moradores de cooperativas cercanas a la Perimetral quemaron la camioneta causante de la tragedia y un patrullero de la CTE.

El día del accidente, moradores de cooperativas cercanas a la Perimetral quemaron la camioneta causante de la tragedia y un patrullero de la CTE.Fotos: Almeia Andrade, Marcelo Gutiérrez y Archivo / EXTRA

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Todos coinciden en algo: el dolor aún está latente. Los familiares de las 17 víctimas mortales del accidente de tránsito ocurrido el 5 de septiembre de 2010 en el kilómetro 22 de la vía Perimetral, noroeste de Guayaquil, sienten que la justicia les ha dado la espalda.

Luis Alberto Hessmer Vargas, responsable del fatal percance, fue sentenciado a 12 años de pena privativa de libertad y al pago de una indemnización económica de 35.000 dólares por cada fallecido, además de 5.000 dólares por herido.

Pero, tras ochos años de la desgracia, según los parientes de las víctimas, la resarción económica no se ha realizado.

La desgracia ocurrió a las 06:15, cuando Hessmer, quien manejaba una camioneta, según las investigaciones, perdió pista y arrolló a la personas que estaban apostadas en la vereda de la Perimetral, incluso a algunas que se encontraban en un local.

Nelson García, de 31 años y quien ese trágico día perdió a su esposa embarazada y a sus tres hijos, dijo que estos 8 años y 7 meses han sido muy duros de sobrellevar. Llora al recordar los rostros de sus hijas y la ilusión con la que esperaba a su primer niño, Sneider.

“Estaba muy contento por el embarazo de mi esposa, ella tenía tres meses de gestación”, mencionó Nelson, quien en la actualidad tiene dos hijos más, pero de otros compromisos.

A este dolor se suman Lucía Peñafiel y Honorato Piguave, quienes perdieron a sus tres únicos hijos en el percance. Ambos indicaron que desde entonces su casa se ha teñido de tristeza.

“Mi esposa no paraba de llorar, no asimilaba lo ocurrido. Ella, el día del accidente, también resultó gravemente herida. Tuvimos que esperar que se recuperara para decirle que nuestros tres hijos estaban muertos”, contó Honorato.

Situación legal

Ángel Demera, hermano de Máximo Demera, fallecido en el accidente, aseguró que Hessmer Vargas está en libertad, pero con medida sustitutiva, y que en 2022 quedaría definitivamente libre, pero sin pagar nada de la indemnización a las víctimas.

“Sabemos que el monto es muy elevado, pero queremos llegar a un acuerdo con él y que por lo menos se haga presente y nos diga algo”, comentó Ángel.

Un equipo periodístico de EXTRA acudió a la casa de la madre del conductor, ubicada en el cantón Durán, pero el padre de este afirmó que aún está preso en la Penitenciaría y que no quería hablar más del caso.

Sin embargo, en un documento del sexto cuerpo del proceso legal al que EXTRA tuvo acceso, consta que Luis Hessmer Vargas tiene una medida sustitutiva de régimen semiabierto, desde junio de 2018, por haber cumplido más del 60 por ciento de la pena, es decir está en libertad condicional.

Además, en el escrito detalla que Hessmer trabaja en una imprenta del centro de Guayaquil, lugar al que, según Mónica Núñez, abogada de las familias de seis fallecidos, el procesado no estaría acudiendo.

También se señala que Hessmer deberá llevar un brazalete electrónico que será monitoreado por las autoridades, realizará labores de educación vial o trabajos comunitarios por tres horas a la semana y, finalmente, deberá presentarse todos los sábado a una Casa de Confianza en la Penitenciaría del Litoral.

Sin embargo, Núñez aseguró que lo han buscado en el trabajo y en su vivienda, pero no dan razón de él. “Hemos ido a la casa de su mamá, pero ella nos dice que su hijo aún está detenido. Queremos que se haga presente. Además, el señor Hessmer ha enviado un documento en el que indica que no asistiría a la Casa de Confianza los meses de marzo y abril por motivos de estudios”, reveló la abogada.

Núñez considera que las autoridades y peritos le han dado vueltas a este tema, “el liquidador de las indemnizaciones ha demorado el trámite, él debe contemplar que desde el 2010 no se ha pagado ni un centavo a los familiares de las víctimas”.

Recuerdos y coincidencias

Para todos los familiares de los fallecidos y heridos es doloroso recordar lo ocurrido, pero tratan de recurrir a los momentos felices con sus seres queridos para mitigar la pena.

Límber Valencia, quien el día de la tragedia tenía 9 años, recordó que su hermano Joel Vial Valencia Chóez, que tenía 11 años el día que falleció, era su compañero de fórmula y amigo incondicional. “Éramos cuatro hermanos: dos varones y dos mujeres. Con Joel había un vínculo muy grande. De camino a la escuela siempre hacíamos carreras para saber quién llegaba primero. Pero él me ganaba siempre. Sé que en el cielo corre también”, dijo el joven.

Carlos Murillo, hijo del fallecido Carlos Eladio Murillo Mendoza (64), mantiene en su memoria a su padre como una persona trabajadora y luchadora por su familia.

“Él murió yendo a trabajar. Recuerdo que ese día tenía que irse a Nobol para unas labores en una hacienda y aprovechaba en visitar la tumba de mi madre que está en esa ciudad. Salió para ir al cementerio y nunca más regresó a la casa”, indicó Carlos.

Por otra parte, Génesis Baque Chavarría, quien perdió a su madre, hermana y otros dos familiares más en este percance, solo quiere dejar en el pasado lo ocurrido. “Mi familia iba a celebrar el cumpleaños de mi abuelito en Manabí; llevaba comida y demás cosas. Era una sorpresa para él, pero nunca llegamos...”, Génesis detuvo el relato. “Ya no quiero hablar más del tema, por favor”.

Parientes de la mayoría de las víctimas coincidieron que iban o salían de una celebración, como fueron los casos de los Chavarría Baque, de los Piguave Peñafiel, quienes la noche y madrugada anterior habían asistido al matrimonio de un familiar y se dirigían a la misa de otro que había fallecido hace un mes en Manabí; y los García Salazar, quienes se dirigían a Santa Lucía para celebrar con una comida una fiesta.

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