Una casita adyacente a la Plaza de Santa Clara, en el Centro Histórico de Quito, es el fortín de los ‘años viejos’. Allí atiende Paúl Herrera, de 42 años, la tercera generación de una familia dedicada a la venta de monigotes.

“Mis abuelitos Cecilia Cumbal y Fabián Mosquera iniciaron todo esto. Mi mamá Alba Mosquera les siguió y ahora tomé la posta con mis dos hermanos”, dice Paúl, quien cuenta que en la época de sus abuelos, la gente compraba el clásico muñeco hecho con aserrín y ropa vieja.

“Para complementarlo se le ponían las caretas con la imagen del personaje que se quería quemar”. Ahora eso evolucionó y Paúl con sus seres queridos hacen los monigotes de papel.

Los más pedidos son los personajes de superhéroes como El hombre araña, Gokú o los clásicos como Chucky o el inigualable Don Evaristo. Pero lo más solicitado es el monigote de los políticos de moda.

La política es la inspiración

Esa misma percepción se tiene en el sur de Quito, en la conocida Tribuna del Sur, donde los negocios de ventas de monigotes se toman las veredas de la zona.

Aquí se mira una variedad de muñecos que, generalmente, son traídos desde la ‘mata’ que es Guayaquil. Édison Chiguano confirma que la gente se ha vuelto más exigente y quiere un producto de calidad.

“Por eso nosotros viajamos (a la Perla de Pacífico) para traerlos y lo que más se venden son los ‘políticos’”, refiere este comerciante, quien también es la tercera generación de su familia que se dedica a esto.

Él analiza a las personas y considera que cuando compran a los líderes de partidos políticos lo hacen para quemar todas las frustraciones que ellos causaron. Por eso, más que una despedida de año es una suerte de terapia. 

Expresidente a la hoguera

Al hablar de los personajes políticos para quemarlos este 31 de diciembre, la gente que conversó con EXTRA en Quito dio su punto de vista. Según el balance que saltó a la vista durante nuestro recorrido fue que el expresidente de Ecuador, Guillermo Lasso, es el personaje que van a quemar con harta gasolina.

“En mi familia tenemos una tradición: durante muchos años hemos quemado a los ‘presidentes’”, contó Eduardo Mora mientras recorría el sur de Quito y ojeaba a los personajes que se exhibían.

Mora detalló que la idea es encontrar un monigote lo suficientemente grande para quemarlo. “El año pasado quemamos a Guillermo Lasso para que fuera un buen presidente. Este año creo que nuevamente lo quemaremos”, narró con picardía.

Le quedó ‘grande’

Mientras Mora se alejaba, una familia se unió a la pequeña encuesta que hicimos y confirmó que buscaban un monigote del expresidente Lasso para este fin de año. “Nosotros vinimos de Cariamanga a Quito al velorio de un pariente y aprovechamos para buscar un ‘año viejo’ para llevárnoslo”, contó Teresa Torres mientras miraba los monigotes de la Tribuna del sur.

Ella aprovechó para dar su opinión acerca del mandato del empresario que no terminó su período presidencial. “Creo que le quedó grande el puesto y no pudo administrar el país, lo llevó a la ruina y no pudo combatir la delincuencia”.

Su acompañante, Ángel Torres, expresó lo mismo que Teresa y lo más seguro es que este 31 lo quemen como se debe. “Todos hemos sido testigos que su presidencia no fue buena. Lo más palpable es la delincuencia que ahora se ha desbordado”, enfatizó.

Esta familia hará algo tradicional en Ecuador: antes de quemarle al ‘viejo’ de Lasso, le darán sus buenos correazos para desahogar toda la frustración que, a su criterio, dejó este 2023. 

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