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Perdió su casa mientras comían
Hace más de un mes vive en la sala de la casa de su hermano. Su vivienda de caña se cayó durante la lluvia del 16 de enero.

Martha Cedeño Mite en el predio donde estaba su casa. De eso solo quedan maderos y planchas de zinc.
Evelyn aún teme cuando escucha las gotas de lluvia caer sobre el techo. Se arropa de pies a cabeza y le pide a su mamá, Martha Cedeño Mite, que la abrace fuerte. Hace más de un mes su casa se desplomó por un fuerte aguacero.
Evelyn tiene catorce años y una condición física que no le permite moverse por sí sola. Presenta parálisis cerebral y requiere de atención constante para todo, desde comer hasta sentarse, asearse o ir al baño.
Pese a ello, la niña es capaz de interactuar con personas, sonreír y mantener una corta conversación.
Su mente mantiene fresco el recuerdo de aquella noche de aguacero en que su casa se cayó, por eso el temor cada vez que llueve.
“Quedó traumatizada desde que se cayó la casa. Tiembla. Se esconde debajo de la sábana”, dice su abuela Matilde Mite.
El siniestro sucedió el pasado 16 de enero. Una intensa lluvia cayó en la ciudad. Cerca de las ocho de la noche, la tragedia: la casa en la que vivía Evelyn y su familia se desplomó, mientras merendaban. La vetustez de los puntales de madera que sostenían la estructura cedieron.
“La comida quedó regada. La casa se nos fue de lado. Gracias a Dios no hubo heridos. Solo unos cuantos golpes y el susto. Perdimos nuestro hogar”, expresa Martha, angustiada.
Cedeño Mite habita desde hace 20 años en la cooperativa 25 de Julio, en el cerro San Eduardo, en el oeste de la urbe porteña.
Con ahorro y esfuerzo, la mujer logró levantar una mediagua en la parte trasera del terreno familiar que comparte con sus hermanos y su madre.
En esa covacha, Martha atendía de sus hijos y a su abuela Rosa Domínguez.
“Mi viejita rodó y quedó apretada entre la pared del vecino y un ropero. La niña lloraba. Todos nos asustamos”, rememora Matilde, quien tuvo que hacer un espacio en su pequeña casa de caña para su mamá.
A Martha, en cambio, le dio posada uno de sus hermanos. En la sala de una casa de bloques sin enlucir, la mujer colocó los pocos muebles que pudo recuperar, una cama y dos colchones para ella y sus hijos.
Llevan un mes en esa situación. Hace poco llegaron de una institución con donaciones de colchones y vituallas, cuenta Martha. Sin embargo, lo que anhela esta familia es reconstruir su casa.
Los maderos y planchas de zinc de su casa caída aún permanecen en el predio. “Las cosas materiales se pueden recuperar después, lo que nos hace falta es la casita”, dice la mujer.
Martha es madre soltera. Tiene tres hijos con discapacidad. La menor es Evelyn. Los otros dos vástagos, Christofer (20) y Moisés (18) tienen discapacidad intelectual.
Por los tres hijos, la mujer recibe el bono del Gobierno. Sin embargo, comenta, con ese dinero costea los alimentos e insumos de la familia. Ni siquiera puede pagar un departamento de alquiler, por lo que no se puede mudar de la sala de su hermano.
La familia necesita que una mano amiga pueda donarle material de construcción (maderas, clavos, zinc) para volver a tener su casa.
Ayuda
Si está interesado en ayudar a esta familia puede contactarse a los números telefónicos 0981662091 - (04) 3106112.