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¡Por el miedo a la soledad se aferró al cadáver de su hermana!
Cuando el hombre acudió a comprar el ataúd se descubrió que en el cuarto piso de un edificio, ubicado en el centro de Ambato, estaba la persona sin vida y en estado de putrefacción.

El edificio está ubicado en la avenida Cevallos y Mariano Egüez, centro de Ambato.
Los cuatro inquilinos de un edificio, ubicado en el centro de Ambato, cuyos dueños eran los hermanos Chico Vásquez, aún no salen del asombro tras el hallazgo de la tarde del martes 22 de enero.
En el cuarto piso —donde vivían los propietarios— yacía desde hace tres meses el cadáver de Laura Eugenia de 92 años. “No percibimos nada extraño. El hermano, don Galo, era el que cobraba los arriendos. A ella no la veíamos desde hace tiempo; pero jamás se pensó que estaba muerta arriba en su cama”, dijo Blanca Vásconez, una de las arrendatarias.
El nauseabundo olor guío a los peritos de la Unidad de Delitos Contra la Vida (Dinased) y Fiscalía hasta el sitio donde se encontraba el cuerpo de la adulta mayor. Parecía una momia. Sin ninguna larva.
Vivían solos
Galo y su hermana vivían solos en el último piso del edificio. Cada uno tenía su departamento, pegado el uno al otro. El mediodía del martes, Miguel Rojas, propietario de la Funeraria Nueva Jerusalén, recibió la visita del adulto mayor a quien le urgía comprar un ataúd.
“Me dijo que deseaba sepultar a su hermana que había muerto hace ocho días. Al principio no le creía, así como tampoco le creyeron otros dueños de funerarias a los que acudió. Me ofrecí a ayudarle, pero en el trayecto le avisé a unos agentes de Tránsito que estaban cerca para que me acompañen y los agentes informaron a la Policía. Al llegar a las escaleras del cuarto piso se percibía el olor insoportable. Ahí se avisó al ECU 911”, indicó Rojas.
El fiscal de Flagrancia, William Freire, contó que el cuerpo de la adulta mayor estaba con sus prendas de vestir, recostada en la cama. “El hermano nos dijo que estaba solo y por eso no había avisado. Se abrirá un proceso investigativo para determinar la causa de la muerte, pero el hermano no será procesado por ser de la tercera edad y no haber encontrado ningún hecho violento en la escena”, aseguró el fiscal.
Temor a la soledad
Una sobrina se hizo cargo de los trámites legales de Laura Eugenia. Ella habría mencionado en la Fiscalía que sus tíos no se dejaban ayudar y que eran muy desconfiados.
Según el informe policial, Galo les habría comentado que al morir su hermana, él se enfermó y esperó recuperarse para hacer el trámite. Para la psicóloga del ECU 911, Lucía González, esto fue un proceso de ansiedad, que en el caso de los adultos mayores se refleja por el miedo a la soledad.
“La hermana fue su única compañía en su madurez y al morir sufrió la etapa de la negación y aceptación que duró esos tres meses; aún le falta otros tres meses para superar la etapa del olvido. Debe tener un apoyo familiar o tratamiento psicológico para ayudarlo a sobrellevar el suceso”, mencionó.