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¡Asesinato de Verónica suma otro autor!
El implicado sería Jhair Bohórquez. Según la capturada, él la obligaba a prostituirse y se quedaba con el dinero.

El cuerpo de Verónica Silva Ruiz fue dejado en fundas y sacos de yute dentro de cartones.
La macabra historia es espeluznante no solo porque parece sacada de una película de terror, sino también por los detalles dantescos...
¿Cómo es posible que su mejor amiga, en complicidad con su novio, sean capaces de estrangularla, quemarla, descuartizarla, meterla en fundas y abandonarla en una calle cualquiera?
...Esto ocurrió en Guayaquil el 2 de octubre de 2018. Pero hasta hoy se conocen reveladoras informaciones de un caso que conmocionó a la opinión pública.
Los protagonistas son los jóvenes Kathleen Alexandra Layana López y Jhair Alexander Bohórquez Bastidas. Ellos asesinaron presuntamente ese día a la universitaria Verónica Jazmín Silva Ruiz.
A Verónica la mataron dentro de una vivienda de dos pisos ubicada en la cooperativa Causa Proletaria, en el Guasmo sur.
Nuevas revelaciones
En una reciente versión de la sospechosa reveló detalles desconocido que hacen que este hecho sea más escabroso: Jhair no solo tenía una relación sentimental con ella y con su amiga muerta, también era el hombre que la prostituía. Además, participó en el asesinato de la joven y ayudó a descuartizar el cuerpo, informó la indagada.
Kathleen dijo que su relación con Bohórquez comenzó hace cuatro años, cuando cursaba el último año de colegio. Ese mismo año se conocieron Jhair y Verónica, su compañera de estudios.
Su novio le confesó el gusto por su amiga. Al poco tiempo algo descabellante ocurrió: Verónica, Jhair y Kathleen mantuvieron relaciones sexuales entre ellos. Esto ocurrió en la casa de un amigo. Así lo confesó la hoy detenida a la fiscal del caso.
Desde ese momento la vida de las dos amigas se trastocó. Parece ser que ambas se convirtieron esclavas sexuales de un mismo hombre, confesó la mujer.
Según ella, los encuentros sexuales entre los tres se daban con frecuencia. Pero una semana antes del asesinato ocurrió algo que no era parte del trato: Silva y Bohórquez mantuvieron relaciones y de esto no se enteró Kathleen.
“Ese día me habían robado el teléfono y el dinero que ganaba prostituyéndome. Al llegar a su casa me consoló (Jhair), al abrazarlo, se quejó de dolor en la espalda y al preguntarle qué le había pasado me dijo que Verónica lo había arañado en un acto sexual”. Esto no le gustó a ella.
Kathleen reveló otro detalle. “Él no solo me prostituía, también me buscaba los clientes y me llevaba a los hoteles. Él se quedaba con el dinero”, indicó.
“Me gustaba complacerlo en todo porque era mi manera de demostrar mi amor por él”, expresó.
Kathleen explicó por qué el 2 de octubre Verónica llegó a su casa: Un día antes le escribió a la que sería su víctima y le dijo que tenía que contarle algo importante.
Cuando la universitaria llegó a la casa de su ‘amiga’, su amado estaba ahí. “Él acostumbraba ir todos los días a las 07:40, apenas mi mamá se iba a trabajar”, contó.
Esa mañana los hoy implicados se quedaron dormidos. Cuando se despertó a las 09:00 se percató del mensaje de Silva en el que le decía que iba para su casa. Cuando llegó, Jhair se ocultó. No quería ser visto.
Le dijo que fuera a la habitación de su progenitora y que la esperara ahí. Mientras esto ocurría él le insistía a Layana que le preguntara a Silva del encuentro sexual que habían mantenido.
“Le reclamé y le di una cachetada. Jhair me dijo que la amarrara y la até con un elástico y con cable de extensión”, informó la procesada.
También le ordenó que la golpeara. Luego ingresó a la habitación y la agarró por la espalda, la ajustó con sus brazos, mientras le ordenaba a su cómplice que la hincara con un cuchillo en el estómago. Este estaba dentro del dormitorio en una canasta.
“Me hizo señas para que le envuelva la extensión en el cuello. Apreté, pero no tenía mucha fuerza, entonces él cogió el extremo derecho y yo el otro (izquierdo), ambos apretamos”, aseguró ante la autoridad.
Asustada comenzó a gritar: “¡La maté!, ¡la maté!”, mientras que su novio se fue como si nada hubiera ocurrido. En su desesperación le pidió ayuda a un amigo para desaparecer el cadáver. Este se rehusó, solo le compró unas fundas.
No sabía qué hacer. “Corté el cuello con un cuchillo con el fin de partirla y desaparecerla, pero no pude porque estaba duro”.
Luego escondió el cuerpo detrás de un colchón que cubrió con una sábana. Como se desangraba colocó una camisa en el corte que le había hecho.
A las 20:00 él regresó. Le dio un beso y le dijo que se calmara, que no iba a pasar nada.
Para Kathleen fue la noche más larga, pues temía que su mamá o sus hermanos descubrieran el cuerpo.
Al día siguiente, cuando su progenitora se fue a trabajar, Bohórquez llegó para ayudar a deshacerse del cadáver. Lo llevaron al baño para quemarlo, pero el fuego se les apagó. La muchacha en su desesperación salió a buscar gasolina “porque Jhair me dio esa idea, pero pasé por una ferretería y se me ocurrió comprar un machete”, declaró.
Eran las 10:00 cuando junto a él comenzaron a cortar el cuerpo. “Lo empecé a machetear, él me tomó la mano y me dijo: ‘debes hacerlo así’ hasta que llegue al hueso. Él me preguntó si tenía algo duro para golpear y le di un martillo, entonces golpee con el martillo para partir el hueso”, reveló.
Ya partido el cuerpo Bohórquez abandonó la casa, aduciendo que debía ir al banco. La chica continuó la macabra obra: Metió las partes en fundas y en un saco. Echó desinfectante en su casa para que sus familiares no percibieran el olor a sangre.
Luego contactó a un primo para que la ayude a conseguir un triciclo y botar unos paquetes de basura: “Le dije que si se quería ganar cinco dólares y aceptó”, agregó. El allegado se quejó del hedor y ella lo tranquilizó diciendo que eran tripas de un animal muerto.
Mas cuando se disponía a dejar las fundas un señor que observaba desde una ventana les dijo que se lleven la basura o les quitaba el triciclo. El sujeto bajó con un arma y esto asustó a los chicos. El triciclo quedó botado a un lado de la calle hasta que moradores se percataron que dentro de los paquetes había partes humanas.
Con este testimonio Layana implica a Jhair en el siniestro hecho.