“Mi señor ha sido todo para mí”

El cuadro de marco negro, que guarda una caricatura en carboncillo de Bernard Fougères junto a su inseparable Mafalda, no se había movido de donde el presentador y periodista la había colgado, desde que se la regalaron hace varios años.

La tenía en un cuartito donde albergaba todos los recuerdos que la televisión y la comunicación social le habían dejado en sus más de cinco décadas de trayectoria y ni el terremoto del pasado 16 de abril de 2016 la movió de su sitio, hasta el sábado 5 de mayo de 2018.

Pedro Anchundia lleva sus manos arrugadas para secar sus ojos empapados, respira profundo y cuenta que esa noche, justo minutos después de enterarse del fallecimiento del animador del popular programa El show de Bernard, su hija halló el cuadro en el piso.

“Es una cosa que no tiene explicación. Porque tenía un gancho y no se ha roto la piola (que lo sostenía), ¿cómo se cayó?”, cuestiona el mantense, quien desde hace 37 años trabajaba limpiando el hogar del presentador de televisión francés.

El manabita de piel morena y rostro poblado de arrugas no quitaba la mirada del retrato, que la familia de Bernard había depositado sobre el féretro que contenía sus cenizas, que fueron veladas el domingo 6 de mayo en la sala exclusiva 2 de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, desde las 13:00.

A las 13:00, aún había pocas personas frente al féretro, fielmente resguardado por su querida Mafalda, una fotografía del comunicador y su amada esposa Evelina Cucalón y decenas de rosas blancas.

Su hija Michelle estaba en primera fila, recibiendo abrazos y el consuelo de quienes de a poco iban llegando. Sentada tras ella estaba Mery Vaca, quien de vez en cuando sacaba una servilleta arrugada de su cartera y secaba el dolor que mojaba su rostro.

La mujer de cabellera blanca era la que más sollozaba. A pesar de no llevar su sangre, ella lo quería como a un padre, a un hijo, a un hermano... Mery laboraba como cocinera en su casa desde hace 40 años.

Recuerda que durante las últimas semanas, la salud de Fougères empezó a decaer. Sin embargo, era él quien la mandaba a su casita a descansar. “Me decía que no me preocupara por él, que me fuera a descansar, que él estaría bien. Porque yo tuve que irme por una caída y me decía que cuando me sintiera mejor, regresara”, recordó con pena porque no pudo despedirse de él.

Bernard falleció aproximadamente a las 20:00 del pasado sábado en la clínica Alcívar por una falla cardíaca a los 84 años.

Una sorpresa

Los suspiros de Mery retumbaban en el silencio de la sala, hasta que una sonrisa eclipsó su rostro marchito.

-¿Es verdad que él le regaló una casita?

Fue hace 14 años, y ella estaba haciendo sus quehaceres domésticos. Bernard apareció con una cajita en sus manos, parecida a las que guardan collares o aretes. “Tome”, le dijo a su querida Mery.

Para la sorpresa de la adulta mayor, no había ninguna alhaja, sino que eran un par de llaves, la retribución para sus años de servicio incondicional. Le regaló su vivienda, en la que reside su familia en el sector de Los Rosales, al norte de Guayaquil.

“Mi señor ha sido todo para mí, para mí y para Pedrito, era muy buena persona. Sino que por mi enfermedad yo salí, pero yo lo extrañaba muchísimo”, decía.

A quien le costaba articular palabras era a Pedro. Hablaba poco porque la voz iba acompañada de lágrimas, pero el único consuelo que tiene para su pérdida es que está seguro de que Fougères vivió una vida feliz y está descansando de sus dolencias físicas. “Era una linda persona, él se fue feliz”, acotó.

Bernard nació en Francia, pero vivió y trabajó durante cinco años en Marruecos, como profesor de Literatura Francesa. Allí inició en la televisión.

Fue director de la Alianza Francesa en su país, lo que le permitió conocer otros países, entre ellos Ecuador, donde se radicó.

Un par de años después de llegar al país conoció al amor de su vida, Evelina Cucalón, con quien contrajo matrimonio poco tiempo después. Ella falleció en 2006. Según Mery, a pesar de que pasó mucho tiempo de su muerte, siempre decía que la extrañaba y ella está contenta de que ambos ahora ya estén juntos.

¡Pilas con esto!

Su llegada

Bernard Fougères llegó al país en 1965 y empezó a trabajar en la televisión poco tiempo después.

Sobre la muerte

En entrevistas pasadas, decía que “tenía domesticada a la muerte” y estaba preparado para ella.

El programa

‘El show de Bernard’, difundido por Ecuavisa, fue el que lo catapultó en la televisión y empezó en 1967 hasta 1998.

Mafalda y el piano

En el programa, tocaba el piano sobre el cual siempre estaba una muñequita de Mafalda. Entrevistaba artistas y presentaba vídeos musicales.