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Diario Extra Ecuador

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¿Marihuana medicinal, una alternativa?

Alexis Ponce y su familia usan esta alternativa para contrarrestar el dolor del cáncer y la ansiedad. Sin embargo, la legalización de esta sustancia sigue en debate en el país.

Las gotas de cannabis deben ser importadas desde otros países, pues en Ecuador no existen.

Las gotas de cannabis deben ser importadas desde otros países, pues en Ecuador no existen.Henry Lapo / EXTRA

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Una mano dibujada en una pieza de barro que descansa sobre la mesa de la sala y una planta que representa los avances en la motricidad fina de Tahís Ponce, de 17 años, recibe a las visitas. Su padre, Alexis, camina despacio, apoyado en un bastón y recuerda la odisea que tuvo que pasar cuando la menor de sus hijas llegó al mundo.

Todo estaba listo para recibir a la pequeña. Incluso hicieron varios cursos para saber cómo cuidarla. El 17 de mayo de 2001, el ginecólogo le pidió a la parturienta que caminara por el parque de La Mujer, norte de Quito, desde las primeras horas de la mañana.

El especialista ordenó acelerar el parto porque la niña no estaba en la postura correcta, algo totalmente imprevisto. “Nosotros, ignorantes del tema médico, hicimos caso de todas las indicaciones”, cuenta Alexis.

Los padres no sabían que las decisiones del galeno les iban a cambiar la vida en un abrir y cerrar de ojos. En ese momento el rostro pálido y ceño fruncido del doctor les dio la alerta de que las cosas no iban bien.

“No había enfermeras, ni doctores, no había el espacio”, narra el hombre, como si fuera una película. Corrieron hacia otra clínica, entre los apuros de conseguir un taxi. Pero en ese lugar recibieron la negativa. “No nos hacemos cargo”, les dijeron antes de que pudieran entrar.

Por segunda vez se oyó la frase demoledora: “No nos podemos hacer cargo”. Ya en la oscuridad de la noche llegaron hasta otra casa de salud. La mujer, sin agua de fuente en el vientre, necesitaba dar a luz. Una canción de Daniel Santos sonaba a todo volumen en el último sitio al que entraron. Estaban de fiesta y solo uno de los médicos podía atender la emergencia, sin apoyo alguno.

Alexis tuvo que ir al cuarto de esterilización y ayudar a que la madre de su hija la traiga al mundo. En ese momento la ignorancia no les permitió ver que ese procedimiento no era legal. Además urgía sacar a la bebé del vientre de su progenitora.

“Mi hija no lloraba”, recuerda el hombre con la angustia intacta. El médico solo lo tranquilizó diciendo que todo estaba bien. Tahís estuvo en termocuna aproximadamente tres meses. Ya en casa, la pequeña no mostraba mejoría, su cuerpecito parecía inerte, básicamente solo respiraba.

Tras varios exámenes recibieron la noticia de la que nunca han podido recuperarse. “La niña tiene discapacidad intelectual por sufrimiento fetal”, rememora entre lágrimas.

El proceso

Tahís ya tiene 17 años y en enero su padre, su madre biológica y su madre de crianza decidieron practicarle una ligadura de trompas de falopio para evitar un embarazo no deseado.

“Estamos en una sociedad donde hay mucha violencia. De alguna manera tenemos que protegerla”, dice Nelly Valbuena, esposa de Alexis y quien ha convivido con la menor desde hace siete años.

El cuarto de la joven está lleno de muñecos de colores, un tipi (carpa de tela) y, en la pared, un calendario de las actividades que debe cumplir.

Los días exigen disciplina, no hay espacio para unas horas de flojera o dejar pasar cualquier detalle. Son seres de fijadas reglas, según la experiencia de los padres de Tahís.

Los niños con ese diagnóstico sufren de ataques de ansiedad, pueden llegar a golpearse o golpear a alguien más.

Las resoluciones son importantes en estos casos. Por ejemplo, decidieron seguir al pie de la letra al neurólogo que medicaba a la niña, lo que estaba de a poco dañando sus órganos.

“Otras opiniones nos dijeron que no había problema en rebajarle las dosis”, expresa Nelly. Ella intentó más alternativas que no hagan a Tahís depender de los medicamentos.

Hasta que decidieron probar métodos menos agresivos. “Esto no es una confrontación con la medicina tradicional, es solo ver otras formas de afrontar las enfermedades”, dice Nelly.

La alternativa

Cuando aún lidiaban con la discapacidad de la menor, apareció otro de los males que enfrenta esta familia: el cáncer de seno de Nelly.

Entonces la familia empezó a indagar sobre la posibilidad de usar gotas de cannabis para controlar los dolores de la terrible enfermedad. “En el Seguro se agotaron los parches de morfina. Yo tenía que cortarlos por la mitad para que duren más”, relata la señora.

Los vómitos, el dolor y el insomnio eran los elementos con los que tenía que lidiar día a día, efectos que no se apaciguaban con la medicina tradicional.

Entonces usó espray de cannabis en los lugares del dolor y por primera vez en mucho tiempo pudo dormir tranquila. Algo que en ese momento de su vida era un verdadero logro.

Fue así que decidieron darle unas gotas a la pequeña. Ella también empezó a mostrar mejoría en su comportamiento, ya sonreía normalmente y no como un efecto incontrolable de la ansiedad.

La familia Ponce defiende el uso de los derivados del cannabis como forma de paliar los dolores crónicos y de lidiar con los síntomas de las discapacidades intelectuales. Sin embargo, este es un tema que aún está en debate.

Aún está en debate en el Legislativo

En el borrador del proyecto del Código Orgánico de Salud consta este tema en el artículo 333. En él se especifica que la “Autoridad Sanitaria Nacional determinará las enfermedades o condiciones médicas que podrán ser tratadas con cannabis, regulará las concentraciones de dicha sustancia en los medicamentos y productos naturales procesados de uso medicinal, teniendo en cuenta la evidencia científica que haya demostrado efectividad terapéutica, y otorgará las licencias para la siembra, cultivo, cosecha, industrialización, almacenamiento y dispensación con fines medicinales y terapéuticos. La Autoridad Sanitaria también regulará la cantidad permitida en cada prescripción, dependiendo de la patología tratada, así como la temporalidad de la duración de dicha descripción”.

Este código está en segundo debate en la Asamblea Nacional y tiene como plazo hasta agosto de este año para ser aprobado o vetado.

Consta en la Ley de Drogas

Según Cecilia Falconí, directora ejecutiva del Consejo Nacional de Salud (Conasa), el Código Orgánico de Salud que se debate actualmente solo regularía los detalles técnicos del cultivo y la producción de medicamentos que contienen cannabinoides.

“La (actual) Ley de Drogas ya contempla que este proceso de plantas que contengan estupefacientes sea autorizado por la autoridad sanitaria y la Secretaría Técnica de Drogas”, dice.

Sin embargo, mientras no se determinen los parámetros de producción de la planta y sus derivados medicinales, no se podría acceder a ellos.

Resaltó que existe evidencia científica a nivel mundial que indica que el cannabis puede reducir síntomas de ansiedad y problemas de sueño, disminuir algunos movimientos anormales de ciertas enfermedades, el dolor crónico y los efectos secundarios de la quimioterapia en casos de cáncer, así como la frecuencia de convulsiones en pacientes con epilepsia severa.

Según ella, este uso no sería una novedad, pues ya existen sustancias como la morfina que se han regularizado específicamente para uso medicinal.

“El microtráfico ya existe en el país. El hecho de que se autorice su uso, de ninguna manera empeorará el problema porque lo vamos a usar como una medicina”, insistió la funcionaria.

Sin embargo, a pesar de que ya se contemple al cannabis como una alternativa para muchas familias como la de Alexis, debe existir una reglamentación, que aún no tiene fecha para ser publicada.

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