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El calvario de un padre de familia en Guayaquil

Javier Majao, pintor de carros, a sus 47 años, pasa momentos críticos a causa de la diabetes y la difícil situación económica que lo acosa.

Javier solo puede moverse con ayuda de unas muletas.

Javier solo puede moverse con ayuda de unas muletas.Freddy Rodríguez / Extra

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Javier Majao, a sus 47 años, vive momentos críticos a causa de la diabetes que lo aflige y la difícil situación económica que lo acosa. Hace dos años fue atropellado por un carro mientras se dirigía a una tienda cerca de su vivienda ubicada en el norte de Guayaquil.

Su pierna derecha resultó gravemente herida. Tras el accidente, Majao fue trasladado hasta una casa de salud donde le amputaron la extremidad y le colocaron implante metálico, uno que su cuerpo actualmente rechaza: su pierna está infectada, hinchada y tiene pus.

El hombre se desempeñaba como pintor de carros, antes de aquel suceso. Y ese oficio le permitió sostener el hogar. Ahora, con dificultades para caminar, permanece acostado la mayor parte del día.

Su diabetes está avanzada; su visión y capacidad auditiva, deterioradas. Para controlar el aumento de azúcar en su sangre se inyecta insulina, una medicación indispensable para sobrevivir.

Su esposa, además de atenderlo, vela por el bienestar de sus cuatro hijos; también se encarga de la venta de recargas móviles desde la ventana de su casa.

Con el dinero que recauda, la mujer cubre ciertas necesidades como el pago de los servicios básicos y de alimentación que requieren los miembros de su hogar. “No tenemos mayores ingresos, se nos ha complicado todo”, explica.

La casa que ocupan Javier y su familia es prestada. Su tiempo de estadía pronto alcanzará su límite: deben desocuparla lo más pronto posible. A pesar que el inmueble de madera y cemento no está en buenas condiciones, para Majao es “mejor que vivir en la calle”. Por eso solicitó otro plazo de tres meses, tiempo que le permitiría recuperarse de la operación a la que debe someterse para retirar el metal que infecta su pierna.

Su conviviente está preocupada por la compleja situación económica que atraviesan. Considera que la única solución sería contar con un terreno o casa propia para vivir junto a sus seres queridos.

Por esta razón, ella apela a la sensibilidad de los lectores de Diario EXTRA, empresas, instituciones y autoridades que les den una mano solidaria. Javier necesita una silla de ruedas, una cama, colchón, insulina, leche Ensure y jarabe BIR.

Las personas que deseen colaborar pueden comunicarse al teléfono 099-428-6654 o al 042201100, extensión 2491. Lea la historia completa en la edición impresa de EXTRA.

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