Actualidad
¡Media vida dedicada a su hija!
Al año de nacer, Melina se atoró con un cartílago de pollo, que le dejó gravísimas secuelas. Ya ha cumplido 35, pero parece una niña.

Osterly lleva 28 años mimando con gran cariño a su hija.
Ha dedicado casi la mitad de su vida a cuidar a su primogénita, a la que llama “princesa”. La joven no habla ni camina, pero entiende y siente todo el amor que recibe.
Osterly Donoso cree que su fe ciega en Dios y en el santo Hermano Gregorio le ha permitido gozar todos estos años de la presencia de Melina. Aunque esta tiene 35 años, parece una niña de 12.
La anoxia cerebral que se le presentó un año después de nacer impidió que su cuerpo se desarrollara de forma natural. Incluso, los doctores habían advertido a la madre de que moriría en su paso de niña a mujer o que, a lo mucho, llegaría solo hasta los 18 años.
Pero a base de cuidados, amor, fe y esperanza, Osterly y Melina vencieron a los pronósticos. La mujer ha doblado el tiempo de vida que le vaticinaban los médicos.
Osterly sufre cuando vuelve a recordar el episodio que marcó la vida de la joven. No tarda en llorar al echar la vista atrás, pero se llena de coraje y completa el relato.
“Tenía un año, había terminado de darle de comer sopita con arroz y le di un pedazo de pollo para que chupara. Luego se lo quité y, en eso, me di cuenta de que la niña se me estaba como atorando. Pensé que era algún grano de arroz. Desesperada, me la llevé a un hospital de Durán y, como llegó morada, el doctor le hizo rápidamente una traqueotomía”, rememora apenada.
Después la trasladaron a una clínica de Guayaquil, donde la operaron y extrajeron un minúsculo cartílago de pollo de la garganta, cuenta su mami. Inicialmente quedó asilada en un centro de salud especializado para niños, donde permaneció dos meses en terapia intensiva hasta que los doctores le dijeron que regresara a casa.
Al parecer, no había margen de mejora: “Le diagnosticaron anoxia cerebral y, desde entonces, mi hijita no tuvo un desarrollo normal”.
Separada
Osterly tuvo dos hijas más con su pareja, de quien se separó con el tiempo. Tras la ruptura, decidió que nunca más se comprometería. Quería dedicar todo su tiempo a su princesa.
Han transcurrido 34 años desde entonces. Han sido muy duros para ella, porque no siempre tuvo “el apoyo” de su exmarido. Por suerte, ahora cuenta con los 240 dólares mensuales que el Gobierno da a los padres o familiares de las personas con discapacidad intelectual o física severa y que, además, se encuentran en situación de extrema pobreza.
Con ese dinero debe cubrir los gastos de alimentación, medicinas, movilización, pañales, leche y nutrientes. Pero ha surgido otro problema. Desde hace unas semanas, Melina se queja de fuertes dolores en las muelas. Así lo entiende su madre, ya que la joven fricciona fuerte los dientes superiores con los inferiores y, además, hay días en que amanece con un lado de su cara hinchada.
“Por más que trato de lavarle todos sus dientes, a veces no puedo porque no abre la boca. Y le he visto que tiene algunas muelitas dañadas... Ya la llevé al médico, pero me dijeron que hay que operarla para sacarle esas piezas”, apunta la mujer.
Como Melina es un caso especial, su mamá busca un médico que la valore y la ayude con las extracciones lo más pronto posible. “Ella no puede estar siempre con antiinflamatorios”, concluye.
Dos vástagas desempleadas
Antes, Osterly contaba con el apoyo económico de sus otras dos hijas, de 27 y 28 años. Pero hace poco fueron despedidas de sus trabajos y siguen sin encontrar otro.
Para no estar desocupadas, una se puso a estudiar terapia respiratoria; la otra, auxiliar de enfermería y confección de bisutería.
Ya terminaron sus cursos, pero aún no logran ubicarse, lo que ha agravado la situación del hogar.
Sapea esto
Enfermedad
La anoxia suele producirse porque el oxígeno deja de llegar a los tejidos cerebrales. Puede ocurrir por un paro cardiocirculatorio, un fallo respiratorio súbito o ambos a la vez.
Daños
El cerebro es un órgano muy vulnerable a la falta de oxígeno. Si sufre una disminución del suministro por 5 o 6 minutos, se comienza a producir un daño cerebral irreversible.