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Un excura ‘cayó’ como presunto violador en Quito
En 2013, Pedro García daba servicios religiosos en Guayaquil, donde habría abusado de 6 personas. El martes lo arrestaron en Quito.

El religioso fue llevado a Guayaquil, donde habría cometido el delito de violación en contra de cinco menores de edad y una adulta.
Cinco niñas y una joven habrían sido abusadas sexualmente por el entonces sacerdote Pedro García, cuando acudían a recibir clases de catecismo y a realizar actividades en beneficio de la parroquia en la iglesia Jesús Obrero, situada en el centro de Guayaquil, según las investigaciones policiales.
En 2013 García era el párroco de aquel templo, ubicado en el barrio Garay. Sin embargo, tras las denuncias de las víctimas, el sacerdote fue impedido de continuar con sus labores y posteriormente la Arquidiócesis lo expulsó de la Iglesia, detalló el coronel Henry Herrera, director nacional de la Policía Judicial.
Desde ese momento escapó. Guadalupe Manrique, jueza decimosegunda de Garantías Penales del Guayas, ordenó la localización y captura del sujeto, pues lo habían procesado por la violación a una infante de 11 años, quien era integrante del coro de la iglesia.
En 2015 su nombre aparecía en la lista de los más buscados por el delito de violencia de género, hasta la noche del 22 de agosto, cuando la policía lo capturó en Quito.
Herrera informó que la aprehensión de García se produjo en el sector Chiviqui, parroquia de Tumbaco, en las calles Luis Cordero y Los Mirlos, nororiente de la urbe.
Miembros del Bloque de Búsqueda de la Dirección Nacional de la Policía Judicial e Investigaciones y del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) llegaron a las 20:00 al domicilio donde residía el exsacerdote, oriundo de Guaranda.
Con la respectiva orden de allanamiento, los investigadores ingresaron al inmueble y detuvieron al sujeto, quien estuvo en la clandestinidad por más de cuatro años.
La policía, al tener conocimiento de que el excura estaba residiendo en el Valle de Tumbaco, realizó vigilancia durante dos meses. Los agentes observaron que García no salía de la casa de un familiar, donde solo se dedicaba a los quehaceres del hogar, entre ellos a cuidar a las mascotas.
Las pesquisas policiales revelaron que el hombre, de 38 años, además de tener antecedentes por violación, también registraba procesos por peculado, robo, embriaguez, estupefacientes, alimentos, violación y cobro de pagaré a la orden, cometidos entre 1995 y 2015.
Las autoridades policiales informaron que el detenido, según las indagaciones, también prestó sus servicios como sacerdote en Guaranda y Quevedo, por lo que se indaga si en esas localidades existirían otras víctimas.
“Nunca más volvió”
Pedro García ofrecía sus servicios religiosos en la iglesia José Obrero, en el barrio Garay, centro de Guayaquil, aproximadamente en 2013. Sin embargo, Rosa Morocho, moradora del sector, detalló que dos años después les indicaron en la parroquia que el cura salió de viaje. “Nunca más volvió y nos quedamos cerca de un año sin sacerdote”, recordó.
Ayer, en los alrededores de la comunidad los feligreses desconocían su reciente aprehensión. Morocho no recuerda la fecha exacta, pero sí que un día llegaron al lugar varios medios de comunicación debido a ciertos rumores en su contra.
Por su parte, Emma Gallegos rememoró a García como un hombre simpático y alto, que rondaba los 50 años. Según la señora, él era un “muy buen sacerdote que enseñó mucho la palabra de Dios a los creyentes”.
Gallegos describió también al cura como un hombre caritativo, que realizaba colectas y ayudas en época de Navidad y fin de año. En cuanto a las acusaciones, comentó que “espera que se haga justicia” con él.
Ella detalló que dos mujeres serían las que lo acusaron de los supuestos abusos sexuales. Según la fémina, las dos personas eran cercanas al sacerdote y constantemente lo ayudaban en los quehaceres domésticos. “Ellas le cocinaban y pasaban en la parroquia. Quién sabe qué pudo pasar para que de un momento a otro lo difamaran”, comentó.