SUSCRÍBETE
Diario Extra Ecuador

Actualidad

Paul Ceglia, el hombre detrás del ‘face’

EXTRA accedió a documentos exclusivos sobre el caso. Reclama una parte de la red social más popular del mundo porque asegura que él ayudó a diseñarla. La justicia norteamericana lo requiere por fraude electrónico y postal.

El hombre, de 40 años, es llevado al centro de detención donde ha estado encerrado desde agosto.

El hombre, de 40 años, es llevado al centro de detención donde ha estado encerrado desde agosto.Fotos: Henry Lapo, Karinda Defas / EXTRA

Publicado por

Creado:

Actualizado:

Marzo de 2015. Wellsville, estado de Nueva York (Estados Unidos). Paul Ceglia, el hombre acusado de fraude electrónico y postal por la red social Facebook, planea su escape. ¿Cómo lo hará?

Primero escoge un destino: Ecuador. Rompe el grillete electrónico de su tobillo y lo instala en un ventilador de su casa para simular que él se mueve. Entonces, con su esposa, sus dos hijos y su perro Buddy empieza la huida...

Y en la semana en la que la defensa de Ceglia ha apelado la sentencia de su extradición, Diario EXTRA accedió en exclusiva a los documentos sobre el caso, incluida una copia de un contrato en el que aparecen las firmas del fundador de la red social más popular del mundo, Mark Zuckerberg, y el estadounidense de 40 años requerido por la justicia.

Zuckerberg vs Ceglia

La historia comienza en abril de 2003. Ceglia publica en el portal ‘Craiglist’ un anuncio solicitando a una persona experta en programación para que lo ayude con la página web que ha creado, StreetFax. Quien contesta el aviso es Zuckerberg. Los dos fijan un acuerdo. Y el 28 de ese mes se encuentran, por primera vez, en el lobby del Hotel Radisson, de Boston (Massachusetts).

En un informe con la declaración de Ceglia se detalla: “Redacté el acuerdo cortando y pegando de otros dos diferentes que me proporcionaron dos personas. Luego modifiqué el documento para incluir los términos que Mark y yo acordamos. Imprimí el formulario y lo llevé a la reunión, en la que Mark revisó el acuerdo y agregó una línea en la primera página... y luego lo firmamos”.

¿Qué revela ese acuerdo? Según el abogado de Ceglia, Roberto Calderón, en el contrato se estableció que Zuckerberg debía proveer los servicios de programación al hoy pedido en extradición. Pero hubo algo más: una cláusula. Como diseñador web, Ceglia aceptó asesorarlo en la creación de una página que se iba a denominar (en ese entonces) The Facebook.

A cambio, Zuckerberg debía otorgarle el 50 % de las acciones del proyecto. Con la condición de que por cada día que Zuckerberg demorara en la programación de StreetFax, aumentaba el 1 %. Empiezan a trabajar, pero no por mucho.

En 2010, tras un quiebre en su relación laboral (de la que su abogado no conoce) Ceglia presenta una demanda en el distrito de Búfalo, estado de Nueva York. Quiere reclamar sus derechos del acuerdo y está dispuesto a todo. Entonces contrata a dos examinadores forenses para que analicen el contrato. No quiere que su legalidad sea refutada.

Las dos hojas del acuerdo llegan a James Blanco y Larry Stewart. Este último, famoso por la reinvestigación que hizo sobre el asesinato de John F. Kennedy, determina que el contrato es válido y que la firma corresponde a Zuckerberg. Esto, según los documentos a los que accedió EXTRA.

Entonces, entre 2010 y 2011, Ceglia empieza un juicio civil contra Facebook y Zuckerberg en la corte de Búfalo (Nueva York). Sin embargo, dice Calderón, por pedido de Facebook, antes de que se constituyera el tribunal, se desecha el caso.

Ceglia envía los documentos a los abogados del fundador de la famosa red social para llegar a un acuerdo. Pero ocurre algo inesperado: en 2012, la defensa de Zuckerberg denuncia a Ceglia en el Distrito Sur de Nueva York. Este es un distrito donde se manejan los grandes casos de Wall Street y del mundo. El fiscal formula cargos en su contra por fraude electrónico.

Ceglia es arrestado. Pero su familia, tras reunir 250.000 dólares, paga una fianza y el acusado es trasladado a su casa con un grillete en el tobillo. Parece que ha llegado la calma. Pero no. Un mensaje anónimo golpea su puerta: “Si sigues insistiendo con reclamar la porción de Facebook, vas a ser asesinado... Y de no ser asesinado simulando un accidente, cuando entres en prisión simularemos una pelea en la que serás ejecutado”, relata el abogado Calderón.

Además, en el mismo comunicado le advierten que dentro de dos días le formularán cargos por fraude postal. Y así pasa. Ahora teme por su vida. Entonces, el hombre empieza a planear su escape. A pocas semanas del juicio, en marzo de 2015, rompe el anillo de rastreo y huye. Para que nadie pueda reconocerlos a él y a su familia se disfrazan como si fueran ‘amish’, gente que viste de manera sencilla pero antigua: barba larga y vestimenta tradicional y demás.

Travesía y caída

De Wellsville viaja a Florida por tierra, donde compra un bote velero de nueve metros de largo, lo suficientemente amplio para la familia. Navega por el mar Caribe. En un principio piensa llegar a Cuba para abastecerse. Pero John Kerry, secretario de Estado de EE. UU. en ese entonces, está de visita en el país. No es seguro. Así que avanza hacia la costa de Colombia y arriba al puerto de Cartagena de Indias.

Pero su destino, desde el principio, era Ecuador porque creía y cree que es un país protector de los derechos humanos al haber brindado asilo a Julian Assange y porque, siendo un Estado tradicional y religioso, según él, sus hijos iban a crecer con buenos valores.

Avanza por tierra hacia Medellín y, tras cruzar la frontera norte, llega a Cuenca, donde en febrero de 2016 nace su tercer hijo: Orayan. El perro Buddy muere en el camino.

Se refugia en Ecuador mientras agentes federales de Estados Unidos lo buscan.

El abogado Calderón señala que Ceglia, ya establecido, continúa brindando asesoría a escala mundial en la creación de páginas webs. Tiene clientes internacionales. ¿Arriesgado? “Sí”, dice su defensor, pero él sabe cómo hacerlo sin ser localizado. Y así sobrevive. Logra comprarse una propiedad en Ballenita y se muda con su familia.

Respira paz aun siendo un fugitivo. Y para regularizar su situación en Ecuador, presenta documentos solicitando asilo. Esto despierta las alarmas y el 23 de agosto de 2018 es detenido para su extradición en Salinas mientras pasea con su esposa. Lo trasladan a Quito y, según Calderón, durante más de 24 horas pasa privado de su libertad sin una resolución judicial.

Hace un pedido de habeas corpus, pero le dicen que debido a una resolución de la Corte Constitucional, los pedidos de habeas corpus referentes a extradición tienen que ser procesados por la misma Corte Nacional. “Lo que es totalmente atentatorio contra los derechos humanos”, afirma Calderón. Y no lo consigue. Ceglia queda arrestado en el Centro de Detención Provisional (CDP) de Quito.

Confinado a un espacio de tres metros cuadrados, el hombre cae en depresión. Pero busca refugio en la biblioteca. Lee libros e investiga. También da clases de inglés a los reclusos sin cobrar ni un centavo.

El 15 de noviembre de 2018 se ordena la extradición de Ceglia por el delito de fraude electrónico (el fraude postal no existe en Ecuador). Un golpe para la familia. Su defensor asegura que la Corte Nacional basó su sentencia en el tratado firmado con Estados Unidos en 1872 y el tratado complementario de 1939, precisamente en el numeral 16 del artículo uno.

“Será extraditado aquel que cometa fraude o abuso de confianza por un depositario, banquero, agente, comisionado, síndico, albacea, administrador, guardador, director o funcionario de cualquiera compañía o corporación o por alguien que ocupe cualquier posición fiduciaria, cuando la suma de dinero o el valor de los bienes malversados exceda de doscientos dólares, o su equivalente en moneda ecuatoriana”.

Sin embargo, en este no se habla de fraude electrónico, cuestiona Calderón. Tampoco su cliente es un banquero, comisionado, síndico, albacea... Por tanto, sostiene que no debe ser extraditado. La conducta descrita en el tratado no coincide con la de Ceglia: es una conducta atípica. Y esta es la base para la apelación que se ha llevado a cabo el lunes. Aún esperan una respuesta.

Calderón señala que hay algo más que ata a Ceglia al Ecuador: su hijo. Dice que la Constitución y las leyes establecen un principio de interés superior del menor. “De ser extraditado a Estados Unidos, él podría no volver a ver a su hijo, porque su madre, si viaja a ese país, podría enfrentar cargos por ayudar y facilitar la huida a un fugitivo”. ¿Qué pasaría con el niño?

No es el único caso

Facebook y Mark Zuckerberg no han reconocido hasta ahora la colaboración y participación de otras personas en la creación de la red social, afirma Calderón. El caso de Paul Ceglia no es el único. También están los gemelos Winklevoss, que demandaron a Zuckerberg “por haberles robado Facebook”.

Ceglia se mantiene en que le pertenece una parte de las acciones de Facebook. Es una persona obstinada, dice su abogado: “Está dispuesto a pelear”. Confían en que el contrato, cuyo análisis reveló que es válido, les servirá para conseguirlo. La historia no termina. EXTRA solicitó información a la Corte Nacional, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.

tracking