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Celia dejó de trabajar para cuidar con esmero a su hijo.Jorge Quimí / EXTRA

¡Futuro médico quedó tetrapléjico!

Tras una delicada operación, Nelson sufrió una hemorragia cerebral. Su madre no pierde la fe en una posible curación.

Nelson soñaba en convertirse en un gran médico. Su madre, Cecilia Coronel, lo recuerda con nostalgia: ella lo describe como un joven vigoroso e inteligente que se empeñaba por alcanzar sus metas. Todo marchaba bien hasta que el chico cumplió 22 años y cursaba el cuarto año de la carrera de Medicina.

Un día, tras un momento de gran tensión y un coraje, el joven convulsionó de manera inesperada. Tras practicar varios exámenes al muchacho, le diagnosticaron epilepsia juvenil. Luego de aquel episodio, Nelson sufrió cinco ataques más. El resultado: tenía una malformación arteriovenosa en el cerebro.

Un médico estableció que debía someterse a una embolización para sellar las arterias y que la sangre circulara por otros cauces. Finalmente, a través del Seguro Social, pudo ingresarlo a una clínica privada. “Recuerdo que mi hijo entró caminando”, relató Cecilia, sin saber que esa sería la primera de 18 operaciones.

Han pasado tres años, pero a la madre se le hace igual de duro aceptar verlo en esas condiciones, sin poder caminar ni hablar. Aún así, ella conserva siempre la esperanza de que su primogénito deje la cama en la que pasa sus días.

Celia y su esposo, Nelson Escobar, anhelan verlo sano. Sin embargo, él es jubilado y ella tuvo que dejar su trabajo de enfermera para asistir al muchacho. Su apretada economía les ha empujado a recurrir a EXTRA. La familia pide apoyo con las terapias físicas y de lenguaje que requiere su hijo; también pañales, sondas, suplementos alimenticios, colágeno, gasas, esparadrapos, Rifocina, parches hidrocoloides, soluciones salinas y cobertores de cama.

Quien desee aliviar algo el sufrimiento de estos padres puede llamar al 098-4001310. Lee la historia completa en la edición impresa de Diario EXTRA.