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Desde EE.UU. a Rumiñahui: chef conquista con ceviche de pinchagua y morocho
Ceviches y morocho con sabor manabita conquistan Rumiñahui. Conoce la historia del chef Byron Lara, que volvió de EE.UU. para triunfar en Ecuador
Byron Lara no se detiene ni un segundo en su cocina. Va de un lado a otro con precisión, tomando ollas, sartenes y una selección de ingredientes frescos. Su ritmo es tan ágil que hay que observar con atención para seguirle el paso
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A su lado está su esposa, compañera de vida y socia del negocio que hoy tiene un local en Rumiñahui, al suroriente de Quito, tras seis meses recorriendo sus calles con una carreta gastronómica.
La sazón manabita que enamora paladares
Con 45 años, Byron ha cultivado desde joven una pasión por la cocina ecuatoriana. Vivió varios años en Manabí, donde no solo aprendió los secretos de la cocina tradicional manabita, sino que también se entrenó con reconocidos chefs locales. “Hasta gané concursos hace algunos años. Me entrenaron los mejores cocineros de Manabí”, asegura con orgullo.
Su plato estrella es el ceviche de pinchagua, una preparación difícil de encontrar en buena calidad, pero que en su local es la especialidad. “Ese ceviche es mi mimado. Aquí me he ganado la confianza de los clientes”, afirma Byron.
Durante la visita de EXTRA, los comensales llegaban uno tras otro. Andrés Castro, un cliente curioso, pidió el ceviche y no se decepcionó. “El señor no exagera al presumir. Un ceviche bien hecho, delicioso y a buen precio”, comentó satisfecho.
Morocho con empanadas: la fusión que arrasa
Además del ceviche, otro gran protagonista del menú es el morocho con queso manaba, una bebida caliente que Byron ha vendido durante meses por las calles del cantón. Lo acompaña con unas empanadas especiales, rellenas de carne, receta de su esposa colombiana. “Ella es experta en esas empanadas. No son las típicas de viento, están bien rellenas y combinan perfecto con el morocho”, dice.
La demanda ha crecido tanto que ahora venden cientos de litros al día, muchos clientes incluso llevan morocho a casa. “Uso ingredientes de calidad y le doy ese toque diferente con queso manaba”, detalla Byron.
Un sueño que renació en Ecuador
Pero no todo ha sido fácil. Hace un año, Byron migró a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades. “Sufrí mucho allá, y al final me deportaron. Eso me hizo reflexionar y darme cuenta de que uno puede salir adelante desde su tierra. Allá uno se expone a demasiados riesgos”, comparte con honestidad.
Hoy, con su cocina llena de aromas y clientes satisfechos, Byron demuestra que se puede triunfar con esfuerzo, sabor y raíces. Su historia es un ejemplo de cómo el talento ecuatoriano puede brillar desde cualquier rincón del país.
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