La cercanía y solidaridad que caracterizaban al barrio La Loma Grande han quedado en el pasado. Hoy, sus calles son escenario de casas abandonadas, venta de drogas y actos de violencia. 

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Este sector del Centro Histórico de Quito ha sufrido, según sus habitantes más antiguos, un sustancial retroceso. “Después de las seis de la tarde ya no se puede caminar por aquí”, lamentó Lourdes Paz, vecina del sector.

La inseguridad se ha agudizado debido al abandono de numerosos inmuebles, de carácter patrimonial en su mayoría, que se han convertido en refugio de personas en situación de calle y delincuentes. “Se puede ver en varias intersecciones. Donde antes había vida, ahora todo está abandonado”, reclamó la moradora.

El abandono más alarmante: la escuela Isabel La Católica

El caso que más preocupa a los vecinos es el de la escuela de niñas Isabel La Católica, ubicada en las calles Montúfar y De los Milagros. Esta semana, incluso, fue hallado allí el cadáver de un hombre.

El capitán Pablo Correa, jefe de investigaciones de incendios del Cuerpo de Bomberos de Quito, informó que los moradores se acercaron a la estación, ubicada a pocos metros del inmueble, para pedir una inspección, pues el olor era tan fuerte que ya se percibía en sus hogares.

El cuerpo estaba en estado de descomposición avanzada, lo que impidió determinar la causa de muerte en la primera evaluación.

Para los vecinos, el hallazgo no fue sorprendente. El edificio ha sido saqueado y vandalizado durante más de 10 años. “Nadie se hace cargo. He enviado oficios al Municipio, a la Policía, al Ministerio de Educación, pero nadie responde”, denunció Luis Portero, otro residente del barrio.

Ante la falta de acción, Portero colocó tablas en puertas y ventanas del centro educativo para impedir el ingreso de personas. Sin embargo, la medida no tuvo éxito.

EXTRA revisó el mapa catastral de Quito, que confirma que el predio pertenece al Ministerio de Educación. Se solicitó una entrevista a la entidad para conocer las razones del abandono y los posibles planes de recuperación, pero, hasta el cierre de esta edición, no hubo respuesta.

Miedo constante y robos en el barrio

El antiguo colegio ocupa casi una cuadra entera y colinda con al menos cinco viviendas, las cuales han sido objeto de robos de electrodomésticos y otros bienes.

Un vecino, que prefirió guardar el anonimato, relató que tuvo que pedir al propietario que reforzara la seguridad en la parte trasera para evitar más intrusiones. “Tampoco se puede hacer mucho. Una vez les pedí que se fueran a los que ocupaban la casa y me gritaron insultos, me amenazaron”, contó.

Luis Portero asegura que no les muestra miedo. “Es peor. Yo sí los hago correr, aunque, si ya aparecen con armas, es mejor resguardarse”, explicó.

La presencia de autoridades fue puntual. Por una tarde, el barrio tuvo atención, pero, como lamentan sus habitantes, tras el levantamiento del cadáver y las investigaciones, todo volvió a ser igual.

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