Los ciudadanos que transitan por la calle Ambato deben esquivar a personas en situación de calle, basura e incluso a delincuentes. Justamente en este tramo comenzará la segunda fase del plan de rehabilitación del Centro Histórico de Quito. La decisión no fue bien recibida por algunos vecinos, quienes opinan que “poner arbolitos” y ampliar las veredas no constituye una solución real a los problemas de fondo.

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“Las intervenciones se realizarán en las calles Ambato, Loja y hasta la Borrero. Nos preocupa que se pretenda dejar un solo carril”, expresó Pablo Buitrón, representante del colectivo Defensa del Centro Histórico de Quito. Considera que sembrar árboles en la zona es contraproducente, pues podrían convertirse en basureros y urinarios. “Incluso obstruyen la visibilidad. Esto es un malgasto de recursos”, agregó.

Las problemáticas que enfrenta el Centro Histórico

Para los residentes, los problemas más urgentes son la inseguridad, el microtráfico de drogas y el abandono de las casas patrimoniales. Según Buitrón, al menos 3.000 personas se verían afectadas. Bertha Tacuri, moradora del barrio La Victoria, expresó su preocupación por la reducción de espacio: “Eliminar un carril afectaría el acceso de las líneas de bus. ¿Cómo podrían ingresar las personas de la tercera edad sin transporte?”.

Desde la Administración Zonal Manuela Sáenz se informó que se llevó a cabo un proceso de socialización con los vecinos. Sin embargo, Tacuri aseguró que, pese a vivir en la zona intervenida, no recibió información clara sobre en qué consistía el proyecto.

Según el Cabildo, esta nueva fase permitirá ganar 2.830 metros cuadrados de espacio peatonal y se intervendrán 2.000 metros lineales de vía. Las obras incluyen la ampliación de aceras, arborización a nivel del suelo, mejoramiento de la iluminación en puntos estratégicos y colocación de señalización vial. “Necesitamos que retiren a los indigentes y se controle a quienes ensucian las veredas”, añadió Tacuri.

Por su parte, Bertha Torres indicó que la mayoría de vecinos se enteraron del proyecto por casualidad. “Nadie vino a decirnos nada”, reclamó.

Desde la Administración Zonal reiteraron que el colectivo estuvo presente en la socialización realizada el 15 de mayo. No obstante, Buitrón insiste en que las acciones planteadas no responden a las necesidades de la comunidad.

Así fue la primera fase de plan de rehabilitación

Los vecinos afirman que la primera fase, ejecutada en la Benalcázar, fue un fracaso. Se instalaron macetas sobre la calzada y se ensancharon veredas, pero las acciones generaron más inconvenientes que beneficios: aumento en los tiempos de traslado vehicular, mayores riesgos ante emergencias y escasa circulación peatonal en los tramos intervenidos.

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