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¡El aterrador aviso de la tierra!

Germania Salazar, Guayaquil
Está escrito en la Biblia. Y Nostradamus, en sus profecías, también lo menciona. El terremoto que sacudió las costas de nuestro país a las 18:58 del pasado sábado tiene diferentes explicaciones para algunas personas.
En Mateo y Apocalipsis, están las respuestas para este acontecimiento, según el pastor evangelista Eugenio Masías Corbacho, de la iglesia cristiana Pentecostés Movimiento Misionero Mundial, quien dice que todos los sismos tienen que ver con lo que está escrito en el libro sagrado.
Indica que en el capítulo 24 de Mateo se menciona que en los últimos tiempos se escucharán rumores de guerra, pestes, plagas, terremotos. “Jesuscristo relaciona estos eventos como señales antes de su segunda venida”. Dice que el sacudón que devastó la provincia de Manabí y parte de Esmeraldas “es uno de tantos, pero habrá más en el mundo y en lugares que nunca han habido”.
Para él, la Tierra está en dolores de parto y explica que “en la mujer los dolores aparecen hasta que sale el niño, pero en el planeta los terremotos son hasta que llegue Cristo”.
Para la vidente Shirley Barahona, estas desgracias están plasmadas en las profecías de Nostradamus, en las que se menciona que “habrá países que se convertirán en polos”, es decir tendrán un giro posicional. Además, por la ubicación de Ecuador en la zona denominada Cinturón de Fuego, que concentra algunas de las zonas de subducción más importantes del mundo y por consiguiente es escenario de una fuerte actividad sísmica, somos más vulnerables a estas tragedias.

No hubo Ovnis, pero sí Jaibas Mora
Alba Benavides, quien habita en la calle 14 entre Sucre y Colón, asegura haber sido testigo de una potente luz en el cielo la noche que ocurrió el terremoto de 7,8 en la escala de Richter.
“Íbamos con mi esposo en la camioneta. Circulábamos por la calle Huancavilca con dirección a mi domicilio, pero cuando nos cogió la roja (del semáforo) comenzó a temblar la tierra. Cuando miré al semáforo me percaté de que en el cielo, a lo lejos, se veían varias luces como de rayos de tormenta, pero no se escuchaban truenos. Entonces pensé: ‘Dios mío, es terremoto con tormenta’. Creí que era el fin del mundo”, recuerda Alba, quien agrega que sus vecinos comentaron que también vieron bolas de fuego.
Según Ronald Chávez, experto en fenómenos paranormales y energía, los eventos sísmicos son producidos por movimientos de placas tectónicas o por energías acumuladas y que no hay ningún fenómeno paranormal alrededor del remezón que tuvo como epicentro Pedernales.
Sobre las extrañas luces observadas antes y durante el sismo, dice que estas también han sido avistadas en otros terremotos, como en Japón, Chile e Indonesia, y que a veces son como rayos, bastante llamativos.
Chávez aclara que los ovnis, según testimonios de personas que han tenido contacto con ellos, por lo regular aparecen antes, durante y después de los cataclismos, ya que al parecer, se alimentan de energía, pero en este terremoto no existen fotos que demuestren que estuvieron en el sitio donde se originó la sacudida de la corteza terrestre.
Blas Hernández Mera, presidente del Instituto Ecuatoriano de Fenómenos Extraterrestres, asegura que hace seis meses fueron encontradas miles de jaibas mora frente a las costas ecuatorianas, sobre todo en la provincia de Manabí, y que probablemente ese fue el anuncio de la existencia de un posible volcán submarino. Explica que estos crustáceos viven en el casco del fondo del mar y que cuando las placas se calientan, salen a flote.
Hernández señala que este movimiento telúrico fue muy fuerte y que a través de las réplicas la supuesta estructura geológica que estaría bajo el mar, expulsa gases. “Lo delicado sería que no lo hiciera”, añade.

ANTES Y DESPUÉS DE CRISTO
Estos eventos sísmicos, según el cristianismo, han tenido lugar en la historia, sembrando el pánico y devastación en la humanidad desde hace siglos.
En los años 69 y 31 a. C. (antes de Cristo), en el Mediterráneo oriental ocurrieron tres grandes terremotos que destruyeron a Palestina, Israel, Siria y Antioquía, por lo que los ciudadanos de la zona temían morir.
Juan, uno de los 12 apóstoles de Jesús, nació en Galilea en el año 6 d. C. (después de Cristo). Fue habitante de una zona mediterránea sísmica, donde los terremotos y las erupciones volcánicas eran frecuentes. Murió en Éfesos, en el año 101, vivió las traumáticas experiencias del terremoto de Italia en el año 18, la crucifixión de Jesucristo en el 33, cuando la tierra tembló y el cielo se oscureció, otros dos terremotos en Italia en el 37 y 62, además del incendio de Roma y la persecución de los cristianos en el 64 por parte del emperador Nerón. También la destrucción incendiaria de Jerusalén y su templo, en el 70 d. C., por parte de los romanos; la cataclísmica erupción del volcán Vesubio, el 24 de agosto del año 79 d. C., la misma que sepultó por completo las ciudades y habitantes de Pompeya y Herculano; entre otros eventos más.

LAS PROFECÍAS BÍBLICAS
Según la Biblia, en el libro de Apocalipsis, Juan escribe que Dios le reveló lo que pasaría a finales de los tiempos.
En el capítulo 6:12 dice: “Y cuando el Cordero abrió el sexto sello, vi que se produjo un enorme terremoto, el Sol se puso negro, como tela de luto, y la Luna entera se volvió roja como la sangre, y las estrellas del cielo cayeron a la Tierra como una higuera arroja sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. El cielo se desvaneció y toda montaña y toda isla fueron removidas de sus lugares”.
Otra profecía apocalíptica está en el capítulo 8:5 y dice que “el Ángel tomó el incensario, lo llenó con el fuego del altar y lo arrojó sobre la Tierra. Y hubo truenos, gritos, relámpagos y un temblor de tierra, asociando el fuego del altar celestial con el fuego que sale de un volcán con erupción explosiva e incandescente”.