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“El cabello se desprendía de su cabeza”
Anny Bazán, Guayaquil
Le dio tanto horror ver cómo se desfiguraba la cara de su vecina, que en su desesperación le echó agua con una manguera. El efecto del ácido en la piel de Mónica Ochoa fue inmediato.
“El cabello se desprendía de su cabeza, sus ojos estaban desorbitados, la piel de su rostro y tórax se arrugaba, fue escalofriante verla así”, manifestó conmocionada la moradora de las calles Gallegos Lara y 4 de Noviembre, suroeste de Guayaquil. En ese sector, el exconviviente de Ochoa la habría atacado con el líquido, a las 14:30 de ayer.
Los gritos aterradores de la mujer alarmaron a los vecinos, quienes salieron para socorrer a la víctima e impedir que el hombre escapara.
La señora, al sentir que le habían lanzado un líquido en la cabeza, intentó apartarse del presunto agresor. La afectada caminaba acompañada de su hija, de 16 años, y de una cuñada, quienes también resultaron con quemaduras, porque el ácido las salpicó.
“¡No me toquen, me quemo, ayúdenme por favor!”, gritaba Mónica ante la impotencia de quienes trataban de auxiliarla inútilmente.
A pocos metros de la tragedia, el mayor de los hijos de la víctima, de 18 años, escuchaba los gritos de su madre, mientras le cortaban el cabello en la casa de una vecina, porque en la noche, su progenitora y familiares festejarían su graduación como bachiller.
Las afectadas fueron trasladadas en un patrullero de la Policía al hospital Abel Gilbert Pontón, ubicado en el suburbio de Guayaquil.
Según información proporcionada por la Policía, Mónica Ochoa, de 40 años, tiene el “70 % de quemaduras a nivel de rostro y extremidades superiores”.
La hermana del supuesto agresor presenta lesiones en su mano izquierda y sus piernas. La hija de la agredida en sus pies.
SALIERON A COMPRAR
“Mi cuñada, mi hermana y mi sobrina salieron a comprar unos dulces a un supermercado ubicado a una cuadra de la casa, cuando fueron interceptadas por ese hombre, quien llevaba, en un tarro de lata, el ácido con que las atacó”, dijo el hermano del supuesto agresor.
La víctima ahora se encuentra con pronóstico reservado en la Unidad de Cuidados Intensivos, bajo la observación de los galenos, mientras que los familiares oran para que Mónica se recupere.
“La celebración quedó en el olvido. La desgracia tocó las puertas de mi familia. Es mi hermano, pero que pague por lo que hizo, no lo podemos encubrir”, enfatizó el pariente.