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Diario Extra Ecuador
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Evelyn Centeno, Pedernales (Manabí)
Como pocas tardes, el firmamento de Pedernales se nubló. De las oscuras nubes cayeron gotas de lluvia, fue como si el cielo de esta localidad llorara por sus 166 muertos de las 661 víctimas en total del terremoto.
Desde el pasado sábado 16 de abril, sus hijos, los sobrevivientes de la tragedia, pasean por las calles de un desconocido cantón manabita, con las mismas calles, pero sin muchas de sus casas y edificios. Ayer se cumplió un mes de la tragedia y el dolor aún se siente en cada esquina.
Ese es el Pedernales de ahora, el que pintado de blanco y negro guarda luto y añora sus días de prosperidad.
La tarde de ayer, durante la misa campal en el parque Central, los deudos marcaban la señal de la cruz en sus cuerpos, mirando al cielo, resignados.
Centenares de fieles unieron sus voces en cánticos. 

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