Un joven fue liberado luego de que dos policías lo detuvieran por el delito de ataque y resistencia, en Sangolquí, al oriente de Quito.

El ciudadano supuestamente atacó a los gendarmes con un cuchillo luego de que ellos acudieron al llamado de su padre, por un caso de violencia intrafamiliar. Uno de los policías habría sido apuñalado en la oreja y el cuello.

Durante la audiencia de flagrancia, la defensa del joven, de 25 años, presentó documentos que comprueban que fue diagnosticado con esquizofrenia desde el 2021 y que es paciente de un hospital psiquiátrico en el valle de los Chillos.

La abogada argumentó que su defendido no tiene control sobre sus actos y que no ha tomado la medicación porque tiene afectación al hígado. Además, resaltó que el chico permanece encerrado y que por esa razón habría atacado a los policías cuando ellos entraron a su habitación.

El juez que llevó la causa ordenó la libertad del paciente y el caso quedó en investigación previa.

Por su parte, el policía herido se encuentra en una casa de salud recuperándose de una intervención quirúrgica de su herida, que comprometió uno de sus nervios faciales y provocó que la mitad del rostro quede paralizado.

Análisis jurídico del caso 

Lissete Pardo Jijón, abogada penalista, comentó que dentro del ámbito judicial, la esquizofrenia se puede determinar como una discapacidad y debe ser comprobada con un certificado firmado desde el Ministerio de Salud Pública.

La jurista añade que aunque la condición del sujeto hizo que no sea castigado con prisión preventiva, eso no significa que no cometió el delito.

En este tipo de casos, Pardo enfatiza que el sistema público de salud debe hacerse cargo para que no vuelva a cometer un acto de este tipo. Es decir, debería ser internado en un hospital psiquiátrico, llevado al establecimiento donde recibía tratamiento y continuar con la medicación que su enfermedad requiere.

¿Qué dice un policía del caso?

Por su parte, un agente policial entrevistado por EXTRA aclara que el accionar de los policías debía encuadrarse bajo dos escenarios, según las circunstancias de los hechos.

El primero es que si conocían que el sospechoso era un paciente psiquiátrico, su trabajo era remitir el caso al Ministerio de Salud o al hospital donde fue diagnosticado con esa enfermedad. “Ellos solo debían dar resguardo al personal de salud por si llegara a pasar algún incidente”.

Por otra parte, si los agentes desconocían sobre el antecedente de la esquizofrenia y eran atacados por el sujeto, debían utilizar su arma de dotación para evitar ser apuñalados. “Tenemos la potestad de actuar bajo el uso legítimo de la fuerza”.

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