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¡El mercado se queda sin ‘caseritas’!

Ariana Almeida Martínez, Quito
Las hojas secas y el olor a fruta dan la bienvenida a los clientes del mercado El Calzado, en el sur de Quito. Mercedes Velasco los saluda con cariño, les presenta las ofertas y les pone la ‘yapa’. Desde hace cuatro años, ella, su hermana Gladys y su vecina Laura Medina son las únicas ‘caseritas’ del sitio.
La bonanza de este centro de comercio terminó cuando algunas vendedoras se jubilaron, dejando en sus puestos balanzas, escobas y otros enseres, que durante más de 25 años de funcionamiento las acompañaron en su día a día.
El mercado se mantiene limpio, pues las expendedoras se encargan de darle una linda fachada. Las paredes son rosadas y las ventanas están completas. Incluso los objetos que las señoras que trabajaban allí dejaron están bien organizados.
El espacio luce desolado, pese a que hay cabida para “cuarenta” comerciantes. Sin embargo, muchos vendedores (alrededor de ocho informales en la zona) prefieren ofertar sus productos en las calles. Eso desmotiva a las tres señoras, quienes han convertido a ese mercado en parte de su vida.
A pesar de que aquel sitio ya no es el mismo de antes, las ‘caseritas’ mantienen su fe intacta por la Virgen Dolorosa. Su imagen está en medio del centro de abastos, y las mujeres continúan poniéndole flores a su ‘santa’, según ellas, para garantizar una buena jornada de trabajo.