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¡El río les arrebató sus únicos tesoros!

Miguel Ángel González, Napo
No había poder humano que consolara a Gloria García, madre de las hermanas Giomara y Silvana Guapi. Ellas viajaban junto a otros siete niños en una camioneta que cayó al río Oyacachi, en El Chaco, provincia de Napo, el pasado miércoles.
Ayer, García llegó al coliseo de esa ciudad, donde estaba siendo velada Giomara. La menor de edad fue localizada a las 18:15 en Moradillas, el 15 de junio. Hasta el cierre de esta edición no se tenían noticias de la otra infante ni tampoco de las demás víctimas.
La mujer bajó de un taxi y sus allegados la ayudaron para que subiera a una silla de ruedas. Doña Gloria avanzaba lentamente hacia el féretro blanco de su niña, colocado en el centro del edificio deportivo. El llanto se hacía más fuerte mientras se acortaba la distancia entre ella y el cadáver. Pero prefirió no acercarse al ataúd, adornado con flores y luces.
A escasos metros, ella le dedicaba lamentos a su ser querido. Los parientes de la progenitora le dieron un vaso con agua para que se calmara, aunque todo era en vano. “Tiene la presión alta y ayer (el miércoles) la llevaron al hospital de Baeza después de que supo la noticia”, dijo Atilio Guapi, padre de las accidentadas.
El hombre conoció del hecho cuando trabajaba en Lumbaqui, cantón de Sucumbíos. Su esposa no podía hablar por el shock emocional. “Nos quedamos solos. Las niñas eran muy amorosas”, confesó el progenitor, quien pasaba con su familia solamente los fines de semana, ya que los demás días permanecía en sus labores. En sus ratos libres, los Guapi iban de paseo al Coca (Orellana) o a Quito para visitar a sus parientes.