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Diario Extra Ecuador

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El último vals

Tamara, una quinceañera de Playas enferma de cáncer, tuvo la fiesta con la que soñaba. Pudo bailar con su padre antes de una compleja operación.

El vals que bailaron padre e hija fue sin duda el momento más emotivo de la fiesta quinceañera.

El vals que bailaron padre e hija fue sin duda el momento más emotivo de la fiesta quinceañera.Miguel Canales

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Cumplió 15 años el pasado 21 de abril. Justo ese día, un médico general del IESS le había programado una resonancia magnética debido al intenso dolor que sentía en una rodilla. “Hay algo malo. Algo con la niña. Una masa en la rodilla, un tumor”, anunció el galeno a los padres de Tamara, Jorge Pincay y Magdalena Dueñas.

Desde entonces, su vida cambió. Se mudó a la casa de la Fundación Ronald McDonald para niños y adolescentes con cáncer y recibió tres sesiones de quimioterapia que secaron su cabellera lisa. Su rodilla se ha hinchado tanto que pasa de la cama a la silla de ruedas y apenas puede mantenerse en pie.

Tras el último control, le notificaron que el cáncer óseo se había extendido, que ahora tenía cinco tumores en los pulmones. “Mi hija me miró y me dijo que no quería que nos pusiéramos tristes si ella se iba. Ella es la más fuerte, incluso más fuerte que yo”, estalla en llanto la madre.

Hoy, la chica está a punto de cumplir un sueño sin saberlo. Desde que tenía 12 años, le pedía a su progenitora una fiesta quinceañera, pero ella no podía pagarla. Así que la Fundación Ambulancia Deseo Ecuador decidió cumplir su anhelo y donó el vestido, la peluca, la decoración, la comida, el local, el transporte...

Mientras la maquillan y visten, Tamara cree que irá a un desfile de moda para chicas con cáncer.

Pero el evento que le han preparado, casi cinco meses después de su cumpleaños, estará repleto de emociones y sorpresas. Un acto que solo es posible gracias a los voluntarios de la fundación.

El momento más emotivo es el primer baile del vals. Jorge camina resuelto hacia su hija menor y la levanta de la silla de ruedas. La presión de los tacones sobre las rodillas hace que a Tamara se le escape una mueca de dolor. Debido al osteosarcoma, le amputarán la pierna derecha en octubre.

Padre e hija apenas se mueven para que nada arruine el momento. Oculta bajo la gasa del vestido, la muchacha esconde la cara en el hombro de su progenitor. Entonces, Jorge la eleva por la cintura para que las piernas de su niña no sientan los tacones, para que puedan bailar, como padre e hija y como está escrito, el último vals.

El hada madrina de los pacientes terminales

Inspirada por la Fundación Ambulancia Deseo de Holanda, que cumple los deseos de pacientes que se encuentran en estado terminal, Mariela Rubio de Carchi emprendió el 8 de febrero de este año una iniciativa similar en Ecuador. Sus 60 voluntarios han cumplido 30 sueños hasta la fecha.

La entidad no recoge fondos, pero requiere una ambulancia o furgoneta adaptada para el traslado de los soñadores, que por su condición médica necesitan otro tipo de asistencia.

Lea la historia completa en la edición impresa de EXTRA.

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