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Diario Extra Ecuador

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“Encontrar su cuerpo fue un alivio en medio del dolor”

Hallaon sin vida a uno de los niños desaparecidos en el ‘Canal de la Muerte’, en Guayaquil.

Familiares de Josué presenciaron el operativo de rastreo en compañía de amigos.

Familiares de Josué presenciaron el operativo de rastreo en compañía de amigos.Fotos:: Jimmy Negrete y Cortesía

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Redacción Guayaquil (I)

Estaba fatigado. Llevaba alrededor de treinta horas sin descansar ni probar bocado. No sentía ánimos. La angustia de saber que su hijo se había ahogado y no tener rastro de su cuerpo lo tenía al borde de la depresión.

Pero al final apareció. Su teléfono sonó y uno de sus hermanos le dio la noticia. En ese instante, Carlos se movilizó rápidamente al sector Casas Viejas, en el kilómetro 22 de la vía Guayaquil-Salinas, para llegar al sitio donde su pequeño fue encontrado.

Antes de verlo, el progenitor se sacó el abrigo que llevaba y lo preparó para cubrir sus restos. El niño, de 13 años, había quedado atrapado entre unas rocas del río donde desemboca el trasvase Daule-Santa Elena, también conocido como ‘Canal de la Muerte’.

Fue en un tramo de esa zanja, entre el bosque protector Cerro Blanco y la cooperativa Voluntad de Dios, del noroeste porteño, donde el pequeño se lanzó para supuestamente salvar a su amigo Josué, de 12, quien no sabía nadar al igual que él, contaron sus parientes.

Eso sucedió el jueves 25 de agosto, aproximadamente a las 13:00, después de que los dos niños decidieran no ir a clases, pues ambos eran compañeros y cursaban el octavo año de educación básica en un colegio de Monte Sinaí.

La búsqueda de los menores de edad corrió a cargo del Grupo de Intervención y Rescate (GIR). Los especialistas rastrearon la zona donde los niños se lanzaron, pero no los encontraron y extendieron el perímetro de exploración.

El operativo continuó hasta el día siguiente y, aproximadamente a las 18:00, un equipo halló el cuerpo del hijo de Carlos, quien el 4 de noviembre iba a cumplir 14 años.

Su cadáver tenía señales de lesiones y laceraciones. Los agentes lo llevaron a la morgue porteña, donde amaneció ayer, mientras su padre esperaba a que se cumplieran las pertinentes diligencias para retirarlo.

El progenitor tenía otro semblante. Pese al difícil momento que atravesaba, comentó sentirse un poco mejor. “Encontrar su cuerpo fue un alivio en medio del dolor”, expresó. Además, añadió sentirse apenado porque aún no aparecía el cuerpo de Josué.

Hasta el cierre de esta edición, los comandos del GIR lo seguían buscando en el afluente, aunque encontraron muchas dificultades.

Buzos del GIR usaron dos botes

Ayer, los comandos del GIR usaron dos botes para buscar el cuerpo de Josué. El primero lo emplearon en un tramo que va desde la vía principal de Casas Viejas hasta el sector donde hay una pequeña cascada.

Los especialistas utilizaron esa embarcación, de tipo ligero, para sortear las rocas, palos y la fuerte correntada que había en un tramo del canal. El objetivo era observar si el cuerpo aparecía en esa zona.

Luego, donde empieza un río al que desemboca el ‘Canal de la Muerte’, los buzos revisaron una zona parecida a una laguna, pero no lo hallaron.

De ahí, bajaron otro bote. Esta vez, usaron uno grande, con motor, y siguieron buscando por el afluente.

(SCM)

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